La política talaverana Carmen Riolobos, regresa al Senado, Cámara en el que se trabajó personalmente 2.800 inicitativas en los tres años que ocupó un escaño en la legislatura presente, de marzo de 2008 a marzo de 2011. Tras una trayectoria en la que ha pasado por todos los escalones de la política, donde ha destacado como una trabajdadora infatigle y una pesadilla para los socialistas, Riolobos vuelve a Madrid para seguir batallando por Talavera y Toledo.
Sin duda su actividad más conocida públicamente son los centenares de ruedas de prensa en las que ha puesto a caer de un burro a los dirigentes socialistas. Desde que empezó en política, como número dos de la lista del PP que se presentó a las elecciones municipales en 1995 hasta hoy, ha sido la concejala que consiguió adecentar las maltrechas riberas del Tajo a su paso por la ciudad de la cerácamica y ha trabajado siempre en primera línea con los tres presidentes regionales del partido que ha habido desde que se incorporó: Agustín Conde, José Manuel Molina y María Dolores de Cospedal.
UNA IMPRSCINDIBLE EN LAS LISTAS
Riolobos fue una de las piezas básicas de la oposición que realizó Agustín Conde a José Bono. Tras la marcha del exalcalde toledano se convirtió en portavoz regional del partido bajo el mando de Molina. Cospedal la llevó en su primera lista autonómica para situarla después en el Senado, donde la propia presidenta castellano-manchega ocupaba un escaño la pasada legislatura. Sus habilidades parlamentarias, su verbo aguerrido y su talaveranismo la convirtieron en una opción induscutible de las listas autonómicas de 2011, las que llevaron al PP, por primera vez, al Gobierno de Castilla-La Mancha.
Cospedal encargó a Riolobos organizar el Grupo Parlamentario Popular que arropara al Gobierno. En el Grupo ha impuesto una exigente disciplina de trabajo mientras seguía asumiendo el papel de látigo con los socialistas, ahora en la oposición. Conseguido el objetivo, «la jefa» se la vuelve a llevar a Madrid, donde la presidenta castellano-manchega va situando sus piezas de cara al previsible Gobierno del Partido Popular y de mayoría absoluta en las Cortes Generales.
De ella dice que «ha cogido el toro por los cuernos desde el primer día», proclama su convencimiento en que sacará adelante a la región y confiesa sentir «admiración» por la hora presidenta de Castilla-La Mancha.
Su destino en el Senado para esta legislatura está por escribir. Pero a buen seguro no se olvidará de los intereses de la provincia que representa, y muy especialmente con su patria chica, Talavera, como ya demostró en su anterior etapa, donde fue ponente de cuatro leyes como portavoz del PP en Consumo.
La reivindicación de la parada del AVE en Talavera, del nodo logístico, de la ampliación de la R-5 para conectar con esta población, el desdoblamiento de sus entradas y salidas, mejoras en las rotondas de acceso de Gamonal y Talavera la Nueva, un Parador para la ciudad de la cerámica, la ampliación del polígono industrial de Torrehierro o la instalación de estaciones de medición del caudal del Tajo a su paso por Toledo y Talavera son algunas de las 2.800 iniciativas parlamentarias que llevó a cabo en el Senado. Y entre las que se incluyen preguntas a los ministros José Blanco, Trinidad Jiménez, Leire Pajín o Miguel Sebastián.
TERREMOTO, «CANSINA» y CON LA MALETA SIEMPRE HECHA
Sus compañeros suelen comparararla con un terremoto y destacan su perseverencia, ese «cansina» tan castellano-manchego que la ha llevado a sobrevivir en primera línea de la política castellano-manchega más de tres lustros.
Su secreto en política, dice, es «tener siempre la maleta hecha, la mía la hago en cinco minutos y no miro nunca hacia atrás». Su método de trabajo, «estar al servicio del partido siempre y donde se me necesita». Su reto ahora «participar de la gran tarea que tiene por delante el Gobierno que salga de las elecciones, que sin ninguna duda va a ser el de Mariano Rajoy, que tiene que crear las condiciones para que en este país se vuelva a crear empleo sin renunciar a la sanidad, la educación y lo servicios sociales públicos y de calidad».
Su peor recuerdo, los años de José María Barreda como presidente de Castilla-La Mancha. «Lo peor ha sido la capacidad de amordazamiento a una sociedad a la que se le debían casi 170.000 facturas sin pagar, estaban todos callados, como muertos; menos algunos, que hablaron y pusieron en riesgo sus empresas». «Si tuviera vergüenza política estaría en su casa o con la tiza, pero no en ese retiro dorado que es el Congreso».
«TALAVERA TIENE REMEDIO»
A la pregunta ¿Talavera tiene remedio? Su respuesta es tajante: «Talavera tiene remedio, pese a los 13.000 parados que ha creado el Gobierno de Zapatero… Pero si se dieran las condiciones de que cada uno de los 8.000 autónomos que hay en la ciudad crearan un puesto de trabajo, se podría mejorar la situación. Se han paralizado todas las infraestructuras para Talavera en la época de Zapatero y Barreda, pero nosotros vamos a serguir defendiéndolas».