El Gobierno que preside María Dolores de Cospedal aún no ha logrado determinar con exactitud cuánto se gastó su homólogo José María Barreda en publicidad en los medios de comunicación de Castilla-La Mancha. En la entrevista realizada por encastillalamancha.es, el consejero Portavoz, Leandro Esteban, denuncia que existía un férreo control sobre el periodismo regional y que se han dado casos escandalosos de facturas que habrá que ver si hay que pagar. Dice que la política de medios era absolutamente vergonzosa y que por eso ni la ex directora general de Comunicación ni nadie del Gobierno saliente quiso ir a las Cortes a hablar de ello pese a que el PP pidió su comparencia en las Cortes durante más de un año, dede que ECOS denunció tales prácticas.
Cambiando de área de competencia. Como Portavoz del Gobierno, ¿ha cambiado su visión de los medios de comunicación? ¿Qué radiografía hace?
No ha cambiado mi visión, lo que ha cambiado es que hay un Gobierno distinto y eso les permitirá enfocar su actividad de una manera diferente, porque este Gobierno no va a practicar los modos ni las formas que tenía con los medios el anterior. Este Gobierno no va a premiar líneas editoriales con dinero público ni va a quitar fondos públicos a medios que no sean afines. Porque, por encima de todo, creemos en la libertad y la vamos a practicar.
¿Cuánto dinero se gastó en publicidad el Gobierno anterior? ¿Cuál va a ser su línea?
Se gastó más de lo que esta región aguantó, eso es evidente, pero todavía está por determinar. Muchísimo dinero…
Usted se pasó un año pidiendo la comparecencia de la anterior directora general de Comunicación para que explicara la línea que seguía. Ahora que ya lo sabe, ¿piensa contar los datos en el parlamento?
Cuando tengamos cerrado ese capítulo, porque es un verdadero rompecabezas, probablemente haya que explicarlo. Lo que no cabe duda es de que con aquella actitud de aquella directora general quedó muy a las claras que no hubo nadie en el anterior Gobierno capaz de defender la política de medios que se hizo.
Con los datos que conoce ahora, ¿entiende que no compareciera?
Sí, porque era absolutamente vergonzoso decir la verdad de lo que estaba ocurriendo. Y porque nadie tenía ni siquiera el valor de defender su propia gestión, que es lo peor que se puede hacer. Aquí, en la sede del Gobierno y donde se llevaba a cabo la política de comunicación, algún diputado del PSOE entraba, salía y tenía prácticamente despacho. Era un modo totalitario de ejercer la comunicación. Había mucha gente que se quejaba, lo hemos sabido después, pero algunos medios de comunicación eran impermeables por el asfixiante control que se ejercía por parte del Gobierno anterior.
Que, por cierto, “el control” está sin pagar, como casi todo lo demás.
Casi todo está sin pagar. Lo que contrataron no lo pagaron, gastaron por encima de lo que presupuestaron y lo que dijeron que iban a ingresar se quedó muy por debajo.
¿Algún ejemplo le ha llamado especialmente la atención en el ámbito de la comunicación?
Hemos visto como en algún medio se contrató un número de cuñas publicitarias que si las sumas al cabo de un día daban más minutos que el del total de la programación. Vamos, que no habría habido otra programación que poner esa cuña durante un día entero.
¿Eso lo van a pagar?
De momento, eso habrá que aclararlo.