«La Constitución de 1978 fue uno de los grandes éxitos colectivos de los españoles y garantizó la libertad, la igualdad y el pluralismo político. Hace 35 años la nación española tomó posesión de su soberanía y fue un hito fundamental en nuestra historia constitucional, siempre jalonada de frustraciones colectivas. Porque por encima de la Constitución no hay más que el derecho natural».
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Son palabras de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, durante el acto de conmemoración del 35 aniversario de la Constitución Española que se ha celebrado esta misma mañana en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional, en Toledo, delante de diferentes autoridades de la vida política, económica y social.
No ha estado, por contra, ningún representante del PSOE de CLM, tal y como había anunciado dos horas antes su secretario de Organización, Jesús Fernández Vaquero.
«LAS ANSIAS DE LIBERTAD PUDIERON MÁS QUE EL MIEDO Y EL CAMINO DE LA RECONCILIACIÓN»
Cospedal ha recalcado que «las ansias de libertad pudieron más que el miedo, y el camino de la reconciliación se abrió paso en medio de las vacilaciones a los despropósitos. El pueblo fue soberano en 1978 y decidió como quiso; y hoy, en 2013, sigue siendo soberano y quiere seguir decidiendo. Porque si la democracia es el gobierno de todos, son todos los que deben disponer del destino común».
La presidenta de Castilla-La Mancha ha citado durante su discurso a Rousseau, a Montesquieu, a Cánovas del Castillo y a Ortega y Gasset; y ha explicado que «sin soberanía no hay democracia y sin democracia no hay estado de derecho; porque no es una contradicción un estado unitario y a la vez fuertemente descentralizado. No debemos mirarnos en proyectos fracasados que sólo generan la desunión entre los españoles. Digo alto y claro que nuestro Estado de las Autonomías sólo puede expresarse del poder soberano único e indivisible».
Porque, ha afirmado, «no se entiende el futuro de España sin todos los pueblos de España porque la historia de España es la historia de sus pueblos». De ahí que haya apelado «a la solidaridad entre todos, principio y final de la lealtad institucional. Sin lealtad ninguna nación puede avanzar y progresar. Nuestra democracia no fue un regalo y la conquista de la separación de poderes no nos la regaló nadie, fue una voluntad de todos».
«TENEMOS EL DEBER Y LA EXIGENCIA DE DISFRUTAR DE LOS FRUTOS DE ESA VICTORIA QUE ES RECIENTE»
Cospedal ha hecho alusión al pasado cercano, «tenemos el deber y la exigencia de disfrutar de los frutos de esa victoria que es reciente, de disfrutar de la Constitución, de conmemorar todos esta fiesta al margen de ideologías, es el tributo que debemos a los que lucharon por nuestra democracia. Y no podemos traicionar el espíritu de la Transición».
Es ahí donde ha hecho alusión a la comunidad autónoma, «porque la mayoría de los castellanomanchegos ha decidido no tirar por la borda una historia de cinco siglos. No estamos en condiciones de abordar una reforma constitucional ni jurídica ni políticamente, no es el momento de abrir una puerta que no sabemos dónde nos va a llevar y hacia dónde queremos ir. Y menos si abrir la puerta responde a problemas en determinados partidos y Gobiernos. Lo que empezó en la Transición terminaría hoy si nos aventuramos en deslegitimar la Constitución».
«CÁNOVAS DEL CASTILLO DIJO QUE ES ESPAÑOL EL QUE NO PUEDE SER OTRA COSA, Y YO NO ESTOY DE ACUERDO…»
Del que fuera presidente de España Antonio Cánovas del Castillo ha recordado la frase «es español el que no puede ser otra cosa», pero Cospedal ha precisado que ella no estaba de acuerdo, «sino que es español el que siente el orgullo de una tradición de siglos y tiene fe de orgullo colectivo. Es español el que es plenamente consciente de que si constantemente se vapulea a España y se pone en tela de juicio lo que somos peligra nuestra patria. Porque en aquellas horas valientes de 1978 España dejó de ser algo más que una historia común y pasó a ser un proyecto común».
La presidenta autonómica ha terminado pidiendo que «defendamos que la esencia de la nación española no es otra que la ética, la ley y la autoridad puestos al servicio de una causa justa para conseguir el bien común. Ortega dijo que España no es una nación hecha, sino inacabada. Y construir España y defenderla debe ser la tarea más ambiciosa de todos, porque está en juego la unidad y la democracia española. Hoy más que nunca, y parafraseando a otro político, ésta y no otra debe ser nuestra razón de ser».