El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, rinde cuentas mañana ante la Ejecutiva Federal de su partido ocho días después del revés electoral en los comicios gallegos y vascos del 21-O y tras haber superado una de sus semanas más críticas como secretario general de los socialistas.
Rubalcaba se presentará ante sus compañeros con un mensaje muy claro: el PSOE debe centrarse en acelerar la presentación de una alternativa global y todo el partido debe colaborar en esa tarea, fundamental para recuperar la confianza de los ciudadanos, según fuentes de la dirección federal consultadas por Efe.
De hecho, en un comentario que ha realizado hoy con motivo del trigésimo aniversario de la victoria socialista de 1982, Rubalcaba apuesta por adaptar el partido para ser más fieles a ellos mismos. «Debemos cambiar el PSOE para que siga siendo el PSOE», ha remachado.
El secretario general del PSOE podrá mañana exponer esas ideas personalmente a la dirección y ofrecer su visión sobre los resultados del 21-O, y en el mismo foro se escuchará a los candidatos en País Vasco (Patxi López) y Galicia (Pachi Vázquez), que forman parte de la Ejecutiva y que analizarán las causas del fracaso electoral en sus respectivas comunidades.
Después, se espera que se abra un largo debate interno y quizás no exento de alguna tirantez, a tenor de las declaraciones en los últimos días de varios miembros de la Ejecutiva, como el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, José Antonio Griñán, o el alcalde de Toledo y secretario general de los socialistas castellanomanchegos, Emiliano García-Page.
Ninguno de los dos ha pedido la dimisión de Rubalcaba, pero el primero ha sido muy ambiguo al ser preguntado sobre si estaría interesado en hacerse con las riendas del PSOE y el segundo ha opinado que el cambio de agenda del partido es «impepinable».
Aunque Rubalcaba ha hablado estos días personalmente o por teléfono con la mayor parte de los dirigentes territoriales de su partido y con miembros de la dirección, con Griñán sólo se había intercambiado mensajes de texto.
De hecho, en algunos sectores del PSOE hay inquietud por los movimientos futuros de Griñán. Fuentes de ese círculo han expresado a Efe su temor a que el presidente andaluz esté esperando a los comicios catalanes para intentar dar «un golpe de timón» y tratar de colocar a alguien de su confianza en alguna secretaría clave e incluso exigir un congreso federal extraordinario.
Otras fuentes advierten del desgaste que suponen para el PSOE todas esas «intrigas» internas, porque la ciudadanía percibe a un partido más preocupado de sus propios problemas que de la gente que lo está pasando muy mal con la crisis.
El de mañana es el primer encuentro de la dirección federal después de las elecciones del domingo, ya que el pasado lunes sólo se reunió el «núcleo duro» del partido, las personas de mayor confianza de Rubalcaba que forman parte de la Comisión Permanente de la Ejecutiva.
Precisamente el hecho de que no se convocara la Ejecutiva fue uno de los primeros reproches que recibió Rubalcaba dentro del chaparrón que ha tenido que aguantar esta semana, con voces que le han culpado del fracaso electoral y que le han pedido una reflexión profunda sobre sus causas.
Rubalcaba, además, guardó silencio casi durante tres días, lo que también fue muy criticado, aunque el miércoles compareció ante la prensa durante más de setenta minutos para dejar claro que no se ha planteado en ningún momento dimitir y que tampoco está en su cabeza pensar ahora si quiere repetir como candidato a la Moncloa o no.
Lo que se esforzó en dejar claro es que los socialistas tienen que pisar el acelerador para ofrecer a la sociedad un proyecto alternativo al Gobierno del PP, con medidas visibles y concretas, como por ejemplo la propuesta de ley para evitar los desahucios registrada esta semana en el Congreso.
Más allá del «acelerón», hay algunos diputados del PSOE que han comenzado a ver otros cambios en la estrategia de oposición de Rubalcaba, con un reconocimiento expreso de «errores» cometidos en la pasado legislatura, cuando gobernaban.
Así, estos dirigentes se han congratulado de que la «autocrítica» de la que tanto ha hablado el PSOE desde que perdió las generales del 20N se materialice en algo concreto, convencidos de que los socialistas todavía tienen que pedir perdón públicamente por algunas de las decisiones que tomaron.
Ya lo hizo el viernes la portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, al reconocer que mucha gente no estaría siendo desahuciada hoy en día si ellos hubieran cambiado la ley en la anterior legislatura. El propio Rubalcaba admitió que el Ejecutivo de Zapatero se equivocó en su día al eliminar el Impuesto de Patrimonio, que luego tuvo que reponer.
Rubalcaba confesó que se preparó «psicológicamente» para tiempos «muy duros» cuando aceptó ser candidato en las elecciones de noviembre; no le van a seguir faltando oportunidades para poner a prueba esa preparación.