Las primeras palabras de Fernando Muñoz tras jurar su cargo como presidente del recién creado Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de Castilla-La Mancha, fueron de pésame por el fallecimiento de dos personas a consecuencia de los efectos de la DANA caída en la provincia de Toledo ayer domingo. Se acababa de guardar un minuto de silencio en su memoria, a petición de Pablo Bellido, presidente de las Cortes, la institución que acogió la toma de posesión de Muñoz y sus dos adjuntas, Elena Carrasco y María Jesús Villaverde. Hoy ha empezado su camino el organismo fiscalizador en materia de transparencia en Castilla-La Mancha, que tendrá su sede en Toledo.
Emocionado, acompañado por el presidente de la Junta, Emiliano García-Page, su familia y varios responsables institucionales, entre ellos el vicepresidente segundo del Gobierno, José Manuel Caballero; y los consejeros Nacho Hernando (Fomento) y Esther Padilla (Portavoz), Muñoz se acordó de las primeras víctimas mortales, así como de «los alcaldes y alcaldesas que en estos momentos hacen lo posible y lo imposible por devolver a sus municipios a la vida normal». Acto seguido dejó claros los principios que guiarán su actuación.
«Tender puentes con el ciudadano»
Consciente de ser el primero del camino, aseguró que lo inicia, junto a su equipo, cargado de «ilusión y responsabilidad», decidido a «seguir avanzando en la tarea de que el gobierno siga tendiendo puentes al ciudadano y seamos capaces de reducir la brecha entre la administración y los administrados». Tras agradecer la confianza del presidente de la Junta y del de las Cortes, se refirió a los gobiernos socialistas en Castilla-La Mancha como «sensibles y conectados con la gente de la tierra», una seña de identidad que él ha asegurado que teñirá su gestión al frente del Consejo.
En el barrio que le vio crecer niños y asumir «el legado de mi familia», toledana y de origen humilde («mi padre es un hijo de la posguerra»), defendió la creación del Consejo como una iniciativa «necesaria», asumió el compromiso de dejar el listón «lo más alto posible, porque lo merece este Gobierno, estas Cortes y esta región», y asumió los principios de eficacia, cercanía y escucha activa en la hoja de ruta de un organismo que lo tiene todo por hacer. De momento, el mandato es por seis años.
«Mi padre, Vaquero y Page, espejos y referentes»
Alejado de los formalismos o las palabras políticamente correctas para la galería, Fernando Muñoz quiso acordarse de sus referentes vitales y políticos en el día en el que asume el puesto de mayor relevancia política entre los que ha desempañado hasta ahora. Son tres: su padre, el fallecido dirigente socialista y expresidente de las Cortes Jesús Fernández Vaquero y el propio Emiliano García-Page, a quien vio convertirse en el concejal más joven de España con 18 años y a quien le unen lazos de afecto, confianza y compromiso político.
«Mi padre me enseñó a no mentir»
«De mi padre aprendí respeto, a dar las gracias y pedir las cosas por favor; a no mentir, a asumir los errores y fallos propios sin tener que echar la culpa a nadie, a ser justo y no parcial. De él siempre me quedo con tres frases: ser pobre pero honrado: el mejor sindicato o partido es el que tiene solo un lema, cumplir con la palabra dada: y en el trabajo hay que llegar antes que el jefe y marcharse después… Solo me ha costado conseguirlo con dos personas, Jesús Fernández Vaquero y Emiliano García-Page», compartió.
«Escuchar antes que hablar»
«De Vaquero aprendí a ser discreto y aplicar el sentido común al aplicar leyes y decretos; a empatizar con las personas, a escuchar antes que a hablar; y la impaciencia en el sentido de lo rápido que había que resolver los problemas a los ciudadanos». Visiblemente emocionado al recordar a los ausentes, continuó explicando que la lección que ha recibido de Page es la de que «a los ciudadanos siempre se les ha de tratar bien; de él he aprendido el sentido de gobernar, que muchas veces no es fácil, porque supone hacerlo para todos, el que te vota y el que no; y que el verdadero poder reside en el que tiene la capacidad de perdonar y ser generoso».
También destacó del hoy presidente de Castilla-La Mancha su lección de «humildad, que es también de honestidad y de ser fiel a tus principios».
Page: «Una región de las más `limpias´ de Europa!
Por su parte, Emiliano García-Page puso en valor la transcendencia de este organismo fiscalizador en materia de trasnparencia, acorde con la exigencia de la política actual: «Es un síntoma de madurez democrática«. Además, reivindicó los calificativos de «transparente» y limpia para la política castellanomanchega:. «Puedo decir con tranquilidad que después de 40 años de ejercicio autonómico han pasado cientos y cientos de responsables que no han tenido ni una mota de duda sobre su honorabilidad. Esta es una región limpia, muy limpia, comparada con el contexto global o con otras autonomías; entre las más limpias de Europa, sin ningún tipo de duda. Lo deja claro el número de procedimientos judiciales abiertos, número de altos cargos sin imputación o archivados si se han abierto», afirmó el presidente, quien aseguró que más de una persona se había negado a aceptar un cargo público en el Gobierno de Castilla-La Mancha por la exigente legislación sobre la publicación de la declaración de bienes, rentas e intereses, gente que no quería que trascendiese lo abultado de su patrimonio.