Izquierda Unida de Castilla-La Mancha califica la nueva reforma de la ley electoral (por la que se pasará de 49 a 25 escaños) de «caciquil», ya que, según su coordinador regional Daniel Martínez, «los cambios responden a las necesidades de un gobierno y no solucionan los problemas de déficit electoral, representatividad, pluralismo político y necesidad de regeneración democrática de Castilla-La Mancha». Para Martínez, la nueva regulación de sistema electoral se puede resumir en cuatro palabras: «Pucherazo en toda regla».
Para Daniel Martínez, la opción elegida «condena a una degradación mayor, si cabe, a las Cortes regionales, únicas bipartidistas de toda España, y en su conjunto a la calidad democrática de una sociedad que demanda más participación y responsabilidad en la gestión de las instituciones».
Considera Daniel Martínez que los tres presidentes que ha tenido Castilla-La Mancha «han adecuado el sistema electoral a su imagen y semejanza, a sus intereses personales y fundamentales con el único objetivo de mantenerse en el pode a toda costa».
Y en el caso de Cospedal, cree que es «especialmente degradante», ya que considera su medida «de carácter caciquil una medida que dejará a las Cortes sin una auténtica representatividad democrática, sin oposición a las políticas neoliberales de ajuste duro y excluyendo a la clase trabajadora de los ámbitos de decisión política».