viernes, 25 de octubre de 2024
26/02/2012junio 14th, 2017

Desde la habitación 136, discretamente reservada días antes para que la ocupara el nuevo secretario general, Emiliano García-Page remataba las conversaciones para cerrar su primera Comisión Ejecutiva Regional del PSOE de Castilla-La Mancha.

Cuando pasadas las 10 de la mañana del sábado entró en el auditorio que ha acogido en el Hotel Beatriz de Toledo el 10 Congreso Regional, seguramente no imaginaba que la dirección que cerraría al borde de la medianoche se parecería tanto a él y tan poco al pasado. Por primera vez, no José Bono ni José María Barreda ocupan foto.


Desde el Salón Guadalajara, su número dos y Secretario de Organización, Jesús Ferández Vaquero, hacia el trabajo previo, las conversaciones de desbroce, preguntaba, ordenaba y mandaba la decisión definitiva a la habitación 136, donde Page despachaba con los principales de cada provincia el diseño definitivo.

Pasada la medianoche todo estaba listo. Una Ejecutiva renovada, con gran peso municipalista, dominada por el núcleo duro que ha hecho del PSOE toledano el mejor organizado y menos dividido de las organizaciones provinciales socialistas en Castilla-La Mancha.

La foto del PSOE de Castilla-La Mancha no se parece en nada a la que había el día anteior. El centro de gravedad del partido se desplaza a Toledo, con Albacete como aliado principal, con Matilde Valentín de presidenta, la primera mujer, otro empeño de Page.

A Ciudad Real le quedan los puestos de consolación, la vicesecretatría regional que ocupará Cristina Maestre. No es que el secretario general no conceda importancia a esa provincia, es que seguramente es de la que menos se fía en cuanto al núcleo dirigente, que es, además, el que entrega el partido con menos poder institucional de su historia en la región.

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