Alfredo Pérez Rubalcaba llevaba una hora departiendo distendidamente con los delegados al Congreso Federal y alcaldes de la provincia de Toledo cuando tomó la palabra la portavoz regional del partido, Esther Padilla, una de las personas más cercanas al expresidente José María Barreda, en la estructura regional del partido.
No sorprendió, lógicamente, que Padilla preguntara, sino la cuestión en sí. La duda que la portavoz socialista quería que Rubalcaba la resolviera era si, en caso de ganar el Congreso y convertirse en secretario general del PSOE, querría también ser el candidato socialista a Presidencia del Gobierno de España en las elecciones generales de 2015.
A los asistentes le sorprendió que un personaje con responsabilidad en el partido y a quien se identifica con la candidatura de Carmen Chacón interviniera en ese sentido al final del acto.
El candidato sonrió, templó y contestó que su deseo de ser secretario general es un acto de responsabilidad y que bastante tenía por delante con esa tarea como para pensar en otras primarias para dentro de tres años.
«Yo sé que soy un chollo para algunos de 40», añadió Rubalcaba y explicó que algunos deben estar frotándose las manos pensando que si gana, Rubalcaba se va a comer el marrón de un PSOE dividido y con escaso poder en toda España y que dentro de tres años no va a estar para peleas, ni para primarias.
El exministro se declaró fuerte y cerró el tema con un «Ya veremos…».