El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha destacado que el compromiso del Ejecutivo autonómico es que el Estatuto de la Mujer Rural de la región esté listo «antes del final de la legislatura», por lo que se están «acelerando los pasos» para tenerlo «cuanto antes» y que llegue a las Cortes regionales «antes de final de año».
El consejero ha dicho en una rueda de prensa que el Gobierno regional tiene clara la «importancia» de afrontar las cosas «con contundencia, de verdad y cumplir», por eso el Estatuto de las Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha tendrá un «enfoque feminista» al igual que las políticas de la Consejería.
Martínez Arroyo ha aseverado que la Consejería «prioriza» a las mujeres, ya que existe un criterio de discriminación positiva en todas las líneas «en las que es posible».
«Poner por delante a las mujeres de los hombres lo vamos a hacer también en el Estatuto de la Mujer Rural», ha aseverado, a lo que ha añadido que desde el Ejecutivo autonómico están trabajando en una ley de desarrollo rural territorial «que es capital» para un Gobierno como el de Castilla-La Mancha, «un territorio eminentemente rural» donde hay que tener en cuenta «muchas cosas».
Titularidad compartida
De su lado, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) en Castilla-La Mancha, Elisa Fernández, ha señalado la «importancia» de la titularidad compartida en las explotaciones, ya que desde que se aprobó la ley en 2011 «solamente» se han conseguido 340 explotaciones en toda España, destacando que la región cuenta con más de 120 explotaciones de titularidad compartida frente a las 27 que tenía en el año 2015.
Para Fernández, este hecho lleva a pedir a la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural un Estatuto de la Mujer Rural de Castilla-La Mancha que vea la luz porque se «necesita» una ley que contemple medidas activas, que impulsen el desarrollo sostenible en las zonas rurales o que cambien la realidad de las mujeres rurales.
Durante la presentación de un diagnóstico sobre la situación de las mujeres rurales en Castilla-La Mancha, ha añadido que este Estatuto tenga medidas que implanten la igualdad de oportunidades, visibilicen el trabajo de las mujeres o fomenten la participación en órganos de dirección.
Un diagnóstico sobre la realidad de la mujer rural
Este diagnóstico describe la realidad de las mujeres rurales y además aporta ideas para que esa realidad sea reconocida y potenciada, además de dar visibilidad a las mujeres que trabajan en el medio rural y buscar la implantación de medidas para que ese trabajo que realizan las mujeres «sea apoyado y reconocido».
Fernández ha dicho que Castilla-La Mancha cuenta con 519 municipios con menos de 500 habitantes y 218 que tienen entre 500 y 2.000 habitantes, por ello ha señalado que se debe poner en situación donde vive más de 50 por ciento de las mujeres de la Comunidad Autónoma, ya que existe un «problema de despoblamiento».
En este sentido ha destacado que la población está envejecida en los pequeños municipios, además de una baja natalidad y un abandono de los jóvenes de los pueblos pequeños. Ha añadido que hay que conseguir que las mujeres puedan vivir en los pequeños municipios de la región y así «frenar el despoblamiento», algo que se hace «fomentando las políticas de igualdad de oportunidades».
[ze_summary text=»La mujer, el colectivo más desfavorecido «]La mujer, el colectivo más desfavorecido [/ze_summary]De otro lado, la presidenta de Fademur ha aseverado que la mujer es el colectivo más desfavorecido y «más pobre» a lo largo de su vida, ya que si «tiene menor salario, la jubilación será menor».
Por su parte la directora del Instituto de la Mujer en Castilla-La Mancha, Araceli Martínez, ha añadido que el objetivo del Gobierno regional es «implementar» la ideología de género, ya que la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural «tradicionalmente masculinizada» ha abierto sus puertas «y mentes» para incorporarlo.
Martínez ha asegurado que «no basta» con tomar un posicionamiento discursivo, sino que hay que «implicarse» para poder «solventar» las dificultades, para lo que «hay que trabajar y meter las manos en el barro» y esto es, a su juicio, lo que hace el consejero del área, Francisco Martínez Arroyo.