Con apenas 30 años, inexperta y debutante en las Cortes, a Rosa Romero le tocó pasar su adolescencia política como secretaria general de un PP sin líder y enfrentarse al José Bono que acudía a su sexta investidura siendo el líder territorial más votado de Europa y tras cosechar el mejor resultado de la historia en Castilla-La Mancha. Era el año 2003 y el candidato del PP en las elecciones autonómicas de mayo, Adolfo Suárez, había dimitido sin tomar posesión como diputado al no obtener de Javier Arenas y José María Aznar plenos poderes en el PP manchego, que se quedó troceado en familias de todos contra todos. Ella recuerda aquellos momentos sin amargura, pero con frases de tanta contundencia que hacen que el relato no tenga desperdicio. «Me tocó dar la cara por el partido cuando lo difícil no era el adversario, lo difícil estaba dentro» o «tuve que enfrentarme al Bono del mejor resultado de la historia y nosotros estábamos huérfanos» son solo algunas de las citas que podrán leer en las siguientes líneas, que forman parte de la entrevista que publicamos íntegra en portada.
Ha pisado todos los escalones de la política: nacional, regional y local. ¿Cuál es su sitio?
Mi sitio es la vida municipal Y a nivel de partido he tenido la oportunidad de estar en responsabilidades muy importantes y en todas ellas he aprendido mucho. Me tocó dar la cara en el partido cuando nadie quería dar la cara por el partido y el líder y candidato salió corriendo. Siempre he estado donde el partido ha querido que yo esté, siempre he demostrado mi compromiso con el partido y voy a ayudar y a apoyar el proyecto del PP y todo lo que significa María Dolores de Cospedal, que es, sin ninguna duda, la artífice de que nuestro partido esté donde está y de lo fuerte que es hoy en Castilla-La Mancha y en España.
¿Destacar tan joven y en un momento tan difícil, siendo además mujer, le ha perjudicado en su carrera política?
Bueno yo creo que en algún momento, más que por ser mujer, por ser demasiado joven.
«FRENTE A BARREDA SIEMPRE HE TENIDO EL APOYO DE COSPEDAL Y DE LA ORGANIZACIÓN»
Como recordaba la tocó ser la jefa de la oposición y su portavoz frente a un José Bono en la cima de su liderazgo, en 2003. Luego ha encabezado la primera línea de resistencia del PP allí donde el PSOE de Barreda tenía su epicentro y toda su fuerza.
Los momentos de la etapa como secretaria regional los recuerdo… Yo creo que en los momentos difíciles es cuando uno más aprende y aprendí mucho sobre lo que representa encontrarte que los principales problemas los tienes dentro del partido. Parece que lo difícil es con el adversario, pero en aquel momento lo difícil era dentro. Luego he vivido también una etapa en la que el partido estaba bien organizado, pero tienes enfrente a todo el Partido Socialista de Castilla-La Mancha, porque eres la provincia prioritaria y la cabeza visible de esa provincia era yo. Desde luego, me quedo con esta última etapa.
¿Ha vivido mejor contra Barreda que contra Bono?
Sí, porque he tenido el apoyo de Cospedal y ese apoyo de toda la organización es fundamental.
¿Qué ha visto cambiar en el PP castellano-manchego que usted heredó en 2003 y el que ha ganado las elecciones autonómicas por primera vez?
Yo creo que ha cambiado la unidad de todos en torno a nuestra líder y a lo que significa ella como secretaria general. Por lo tanto, había una directriz clara que era la misma a nivel nacional y a nivel regional. Y a nivel provincial también. En otras épocas, no; en otras épocas la dirección nacional tenía un criterio y tal vez la dirección regional tenía otro, y eso traía muchos problemas.
«TUVE QUE ENFRENTARME AL BONO DEL MEJOR RESULTADO DE LA HISTORIA Y NOSOTROS ESTÁBAMOS HUÉRFANOS»
¿Recuerda especialmente algún momento de aquella etapa inicial en la política regional?
El debate de investidura de Bono. ¡Había sacado el mejor resultado de la historia de Castilla-La Mancha y de España! Era un líder nacional y nosotros estábamos huérfanos…
Con poco más de 30 años y era debutante.
Era debutante en el parlamento autonómico, porque hasta ese momento mis responsabilidades habían sido también pocas, concejala en el Ayuntamiento y diputada en el Congreso sin grandes responsabilidades. Sí recuerdo la presión de todo lo que significaba estar ahí, huérfanos de líder y enfrente la mayoría aplastante del Partido Socialista. Lo que tuve claro es que había que dar la cara por el partido y por los que nos votaban, tratando de dejar a nuestro partido de la mejor manera posible.
¿Estaba tan sola como parecía o había gente que la ayudaba?
Sí, tenía gente que me ayudaba. Tenía a la dirección nacional del partido que me estaba apoyando y ayudando.
También hizo, en 2004, la réplica al discurso de investidura de Barreda. ¿Qué les diferenciaba?
Yo creo que son diferentes, la cercanía y el liderazgo de Bono nunca supo llegar a su altura Barreda.
¿Se queda con Bono, entonces?
Es que el defecto que también le pongo a Bono es su demagogia y el populismo que a veces rayaba la falta de respeto al ciudadano?
¿Alguna espina clavada de este tiempo de «adolescencia» política?
No, de todo tengo recuerdos positivos, será porque soy una mujer positiva. Yo en aquel momento difícil opté por la presidencia provincial del partido y creía que había mucho que hacer, fue un congreso también muy complicado, muy difícil, donde la mayoría del PP en Ciudad Real quisieron que se diera un cambio. Han sido ocho años de gran tranquilidad, como no se habían vivido en el PP en Ciudad Real. Por supuesto, contando con toda la gente, con diálogo, con consenso, elaborando buenas candidaturas, con la ayuda de un equipo bueno que me ha acompañado en estos años y la verdad es que no tengo ninguna espina clavada.
¿Tampoco le ha dejado ningún sabor amargo la lucha palmo a palmo con el PSOE en la provincia de Ciudad Real?
Sí de eso sí tengo…
¿Algo que le cueste perdonar?
Algo que me cuesta perdonar, que son los ataques personales a mi familia, que es muy difícil de perdonar. Aunque yo soy una mujer que cree en el perdón… Difícil de olvidar.