Emiliano García-Page y Rafael Perezagua, durante la apertura del semáforo en Safont.
El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, ha acusado hoy a la Junta de actuar con «racanería» con la ciudad y se ha preguntado si en cualquier otro ayuntamiento gobernado por el PP «se hubiera escatimado con la seguridad vial de las personas».
García-Page se refería así a la polémica surgida tras la inauguración, hace casi dos meses, del remonte de Safont, cuando el Ayuntamiento instaló unas vallas que impedían el acceso de los autobuses alegando problemas de seguridad vial por falta de semáforos.
Las vallas se han retirado hoy después de que el ayuntamiento instalara los semáforos: «me alegro de que la Junta atendiera el ultimátum que le dimos hace quince o veinte días», ha aseverado Page, quien ha lamentado que no escucharan antes «los requerimientos de la Policía por un simple y absurdo semáforo».
«Toledo ha tenido muy mala suerte con los toledanos que tienen algo que decir en la Junta», y ha citado al consejero de Presidencia, Leandro Esteban, que «se pasa el día trabajando contra la ciudad», ha opinado.
El consistorio espera ahora reunirse con la Junta para recepcionar el remonte y, en ese momento, los técnico municipales inspeccionarán la obra «y ojalá que todo esté conforme al proyecto de licitación», ha advertido el alcalde: «no nos queremos llevar sorpresas».
García-Page ha aprovechado la visita a la zona para anunciar que al principio de la próxima legislatura el Ayuntamiento ampliará el proyecto del actual remonte, «que ha quedado reducido a una tercera parte», ha matizado, para mejorar todo el entorno de la estación de autobuses, «muy degradado por el paso del tiempo».
«Se trata de conectar urbanamente, darle coherencia y homogeneidad al entorno de la estación con el remonte», ha explicado.
Precisamente, sobre la estación de autobuses, el alcalde ha vuelto a reclamar a la Junta que «algún día quieran asumir su competencia» sobre ella.
Page ha recordado que ahora la gestiona el consitorio «sin que le corresponda», lo cual implica «más dolor y mas impuestos para los toledanos que están soportando un gasto que no nos corresponde».