La presentación de los planes hidrológicos que Cuenca que realizó ayer el Ministerio para la Transición Ecológica han sido calificados por el presidente de Castilla-La Mancha, como la «primera vez que en esta región vemos el vaso medio lleno, aunque ahora solo lo veíamos seco».
Y es que aunque reconoce que no sabe si se puede «plantear el celebrarlo al 100 por 100 en materia de agua», ha asegurado que «empieza a cambiar la desigualdad hídrica».
Así se ha pronunciado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en la firma del acuerdo sobre conciliación con sindicatos y Federación de Municipios, en cuya intervención ha alabado el papel de la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, por llevar a cabo estos cambios.
«Esta ministra ha hecho más por la coherencia y la racionalidad que todos los que he conocido, y han sido muchos. Eso sí se puede celebrar», ha señalado.
Fin del trasvase y alternativas para todos
El presidente ha subrayado que esta «obra de la dictadura», el trasvase, tiene que terminar, pero ha instado a hacerlo «con alternativas para todos».
«Es una obra que cronifica una desigualdad entre la España seca y la España seca, queda muy bonito decir que el agua se vaya de donde sobra a donde falta, pero aquí no sobra, aquí falta, sigue siendo absurdo el debate», ha subrayado.
Por todo ello, Page ha llamado a trabajar por consensos que puedan beneficiar a todos. «Sin sacar los pies del tiesto estamos de acuerdo en que haya un consenso con alternativas para todos», ha expresado, para también añadir que queda «mucho por discutir».