El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mandado un aviso a Podemos en la comunidad autónoma asegurando que la «actitud» de su partido a nivel nacional tras su abstención en el Congreso ante la relajación del objetivo de déficit y el nuevo techo de gasto es un movimiento que «va en contra» de «aumentar el gasto» en la región, por lo que entorpece directamente el desarrollo de la Ley de Garantías diseñada por la formación morada y asumida por el Ejecutivo autonómico.
En una entrevista con Europa Press, García-Page ha dicho al respecto de este proyecto legislativo que está ideado para ser una normativa «muy importante» para la región «y para toda España», pero «en todo caso requiere de financiación».
«Cercenar el oxígeno europeo»
«Para entendernos, es incongruente hablar de una ley de garantías que no tiene garantías como ley. La actitud de Podemos en el Congreso de cercenar el oxígeno europeo del déficit va en contra de aumentar el gasto en Castilla-La Mancha. Es un insulto lo que ha hecho Podemos y un ataque a la línea de flotación de la sanidad, la educación y los servicios públicos, y también de las garantías sociales», ha enfatizado.
Tras recalcar lo «grave» de la abstención de Podemos en el Congreso, ha dicho que la formación morada «está en su derecho de pedir más, de pedir que Europa cambie y de pedir que el mundo sea feliz», pero «a nadie se le oculta que lo que han hecho es con un pretexto de una utopía y un argumento falso». «Le han dado un tajo a las expectativas presupuestarias», ha agregado.
García-Page ha reconocido que entre el punto de vista socialista y la perspectiva de la formación morada con respecto a esta ley existen «discrepancias claras, en algunos casos en cosas conceptuales», algo que ocurre con otras leyes, como la de Participación Ciudadana, también impulsada por Podemos.
«Han dado un golpe a la cultura», recalca Page
El líder del Ejecutivo castellano-manchego también ha tenido palabras para el fallido trámite de la Ley de Mecenazgo de Castilla-La Mancha, proyecto legislativo aprobado en el Consejo de Gobierno con el visto bueno de los consejeros de Podemos pero tumbado en el trámite parlamentario a última hora por la formación morada.
«La aprobaron en el Gobierno y luego la han tumbado, dando un golpe a la cultura. Tendrán que corregir cosas antes de abrir más debates. Hay que ser más coherentes con esta ley. No es comprensible», ha lamentado, añadiendo que este movimiento, si bien «no fue un puñal», sí fue «un cortauñas, que también duele».
Por lo tanto, «tendrán que arreglar» ese extremo, ya que si no «será complicado avanzar en otros temas». «No será que no digo las cosas con claridad», ha puntualizado.
Y entre José García Molina y David Llorente…
García-Page ha hablado igualmente de la rivalidad existente entre el secretario general de Podemos en la región -y vicepresidente segundo del Gobierno castellano-manchego-, José García Molina, y el diputado morado David Llorente, asegurando que si bien esta circunstancia «no afecta» en lo formal, ya que el interlocutor es García Molina, «sí que afecta en la práctica, sin duda ninguna».
«Imagine que yo tuviera a la mitad de mi grupo parlamentario proponiendo cosas por su cuenta y en contra del Gobierno», ha manifestado, añadiendo que en todo caso no tiene «ninguna queja» del papel que están teniendo los miembros de Podemos que ocupan silla en el Consejo de Gobierno.
Y la puñalada…
Sobre si augura algún giro inesperado por parte de Podemos en cuanto a las relaciones bilaterales -como ya ocurriera al romper el pacto de investidura o al hacer fracasar los presupuestos de 2017 en el último minuto- ha asegurado que era él quien tenía el temor a una «interferencia» de este tipo en el pasado. «Pero ahora lo tienen ellos».
«Sé que hace un año la puñalada me la dieron a mí. No sólo no espero otra, sino que no la admitiría. Y yo no soy de darlas. Ahora mismo, quien está rezando ‘virgencita que me quede como estoy’ no es el PSOE», ha avisado.
García-Page ha admitido que ha escuchado a responsables de Podemos decir que les gustaría «reeditar el pacto de investidura» firmado con el PSOE en verano de 2015. «Pero escucho a David Llorente decir lo contrario. Se tienen que aclarar entre ellos. Yo ahora voy a por la mayoría absoluta para que los intereses de los ciudadanos no dependan de la habilidad del puñal de cada uno», ha sentenciado.