El pleno del Senado ha aprobado hoy de forma definitiva la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha por la que se abre la puerta a la reducción de diputados en el Parlamento castellanomanchego.
El Senado, gracias a los votos del PP, ha rechazado los tres vetos presentados por el PSOE, Izquierda Unida e ICV y las diez enmiendas parciales de los grupos de la oposición, de modo que la ley sale de la Cámara alta sin modificaciones y, por ello, no tendrá que volver al Congreso de los Diputados.
La reforma -cuestionada por los grupos de la oposición y considerada ejemplar por el grupo mayoritario- afecta a un solo artículo del Estatuto de Castilla-La Mancha, el 10.2, que regula el número de escaños del Parlamento autonómico, que pasa de una horquilla de 47 a 59 a una de 25 a 35.
El pleno del Senado ha celebrado con varias horas de adelanto sobre el horario previsto un debate que ha sido interrumpido en ocasiones por gritos de «pucherazo, pucherazo» desde la bancada socialista y que ha terminado con un cerrado aplauso por de los senadores del PP.
Los vetos, defendidos por Ángel Mariscal (IU), Joan Saura (ICV) y Emiliano García-Page (PSOE), pretendían frenar la reforma por considerarla «un ataque a la democracia», un cambio constitucional que carece de consenso y «un burdo intento de pucherazo electoral», en palabras del secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha.
García-Page ha pedido que se paralice la modificación del Estatuto y se abra una comisión para intentar consensuarlo, pues -ha advertido- lo que ha ocurrido con el Estatuto de Castilla-La Mancha es un «caso único en Europa» de ruptura de los acuerdos constitucionales.
A su juicio, tampoco hay precedentes de que un mismo partido aumente el número de diputados en un Parlamento y al año siguiente los reduzca, como está ocurriendo en Castilla-La Mancha, a su juicio, por los malos resultados que dan las encuestas y la «hostilidad social creciente» contra María Dolores de Cospedal.
Los senadores del PP Carlos Cotillas, Carmen Riolobos y Tomás Burgos han defendido que esta reforma es «ejemplar», responde a los deseos del 94 % de los ciudadanos y encaja con la «austeridad» implantada por el actual Gobierno de Castilla-La Mancha debido al estado en el que encontró las cuentas de la región cuando llegó al poder.
Para los senadores del PP, esta reforma no implica menos democracia y el verdadero «pucherazo» se produjo la pasada Legislatura en Castilla-La Mancha, cuando el PSOE aprobó una ley electoral a su medida, pese a lo cual perdió las elecciones.