A las 20.41 de la tarde Emiliano García-Page juró su cargo como presidente de Castilla-La Mancha. Lo hizo en el patio del Palacio de Fuensalida, en Toledo, epicentro vital de personajes claves de la historia de España, como Felipe II o Carlos V y sus cortes. Como testigos los ministros de Hacienda, María Jesús Montero; Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio; y Ciencia e Innovación, Pedro Duque, además de unos 500 invitados compuestos por las principales autoridades, instituciones, partidos y representantes de todo tipo de colectivos y organizaciones de CLM. También le acompañaron los expresidentes de la Junta José Bono y José María Barreda, pero no María Dolores de Cospedal.

«Cuando conocí el resultado electoral lo primero que hice fue llorar»

Agradecido al gran apoyo logrado en las urnas, que lo primero que le provocó fueron lágrimas. De emoción y gratitud. “En el momento de conocer los datos electorales tuve la fortuna de tener al lado a mi familia y nos abrazamos y me puse a llorar”. Agradeció a su esposa, Yolanda Fernández, y a sus hijos el apoyo y el cariño prestado siempre.

Y mencionó el ejemplo de humildad y superación de las dificultades y adversidades aprendida de sus padres, al igual que de sus suegros, generaciones que demuestran que “podemos conseguir lo que queramos como país”. “El instinto político en mi familia lo tenía mi madre”, contó a los casi 500 asistentes a su toma de posesión, representantes de las diversas instituciones, partidos y organizaciones de la comunidad autónoma.

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Ese apoyo en votos y escaños, que prácticamente duplica al PP y cuadruplica a Ciudadanos, él explica que conlleva grandes dosis de cariño y respeto que va recibiendo día a día en sus actos y visitas por toda la región, Emiliano García-Page ha dejado claro que no utilizará su mayoría absoluta no para correr riesgos, no para emprender aventuras.

«Vamos a ofrecer más de lo que hemos sabido hacer»

“Si se han votado más las políticas que estamos haciendo y el modo en que hacemos políticas, lo que hay que hacer es más políticas como las que hemos hecho y de ese modo”, apostilló, porque “la labor de un Gobierno tiene que ser arreglar los problemas de la gente” .

Así que, al menos en el programa con el que encarará la acción del Gobierno para los próximos cuatro años no habrá sorpresas. “Vamos a ofrecer más de lo que hemos sabido hacer». La estrategia, el modus operandi será “más diálogo, más pacto, más cercanía, más moderación, más humildad y más honestidad”.

El diálogo en todas sus vertientes: institucional, político, social y con los agentes sociales, con el fin de lograr más pactos, explicó Page que presumió de que Castilla-La Mancha había sido la comunidad con más pactos firmados en la pasada legislatura.

La cercanía no es un asunto menor en una comunidad en la que “caben Bélgica, Holanda, Luxemburgo y sobran 2..000 kilómetros”, afirmo.

Y volvió a defender la “moderación” como brújula para gobernar, “que no es tibieza” y que él defiende que se tiene que sumar “a la humildad, no se puede admitir que nadie mire a otro por encima, salvo que sea para darle una mano para que se levante y hago mías las palabras que le oí recientemente al presidente de Cruz Roja Castilla-La Mancha”.

«La honestidad más importante es cumplir»

“Hacemos la política a base de decibelios, insultar y decir que no sabemos todos, pero sentarse y llegar a acuerdos es bien difícil y es lo que requiere coraje y esfuerzo”, reiteró el presidente de la Junta, para insistir en que “este Gobierno tiene que hacer de la humildad su seña más evidente, la humildad que tiene la gente. Y por supuesto, honestidad; y la honestidad más importante es cumplir”, por lo que “el equipo que me acompañe será de una honestidad contrastada”.

«La socialdemocracia de 180 grados en la que cabe la mayoría»

Emiliano García-Page se ha vuelto a referir en su toma de posesión al sistema político del PSOE de CLM, que tan buenos resultados electorales les ha dado en la región. “Hemos puesto en marcha un planteamiento de socialdemocracia de 180 grados, un modelo en el que se siente cómo o puede sentirse cómoda la inmensa mayoría de la gente, porque saben que este Gobierno podrá equivocarse pero no va a levantarse contra nadie”.

Rubalcaba y Elena de la Cruz, dos sentidas ausencias

En un día como hoy, Page confesó echar especialmente de menos a dos personas. A Elena de la Cruz, su consejera de Fomento fallecida en 2016 repentinamente por una leucemia galopante; y el exvicepresidente del Gobierno de España y ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, desaparecido en el mes de mayo tras sufrir un infarto.

“Alfredo Pérez Rubalcaba quiso estar en mi toma de posesión de 2015 y hoy era el primero que quería tener aquí. Me he arrepentido de no dejarle venir, porque le he dado muchos problemas, muchos más de los que han salido. Entonces tenía empeño en que estuviera el jefe de la oposición, que era Pedro Sánchez; y hoy me alegra que no pueda estar, porque es presidente del Gobierno de España.

El presidente de la Junta lamentó el ruido político y la falta de estabilidad en España por lo que, en su opinión, es el empeño de algunos partidos de ir en contra de lo que la gente vota y quiere. Recordó la fuerza de las raíces españolas, así como que son ellas y no el tronco lo que mantiene en pie al árbol. Y pidió combatir el egoísmo político, social y territorial, como el que practican los independentistas.

Page pide superar la desigualdad Este-Oeste y mirar a Portugal

Y también expuso que para él la verdadera desigualdad no está en el eje Norte-Sur sino en el de Este-Oeste, por lo que pidió al Gobierno de España mirar hacia Portugal en su planificación de desarrollo y crecimiento.

«Siempre será el presidente de todos y todas, pero más de quienes más lo necesitan», concluyó mirando y citando a las personas que lo acompañaban en el escenario, algunas de ellas con discapacidad.