El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido hoy que las elecciones generales se convoquen en otoño de 2019, después de los comicios autonómicos y municipales, para que «no trufen» el debate a nivel regional y municipal.
García-Page ha expresado este deseo de que las generales no coincidan con las autonómicas y municipales en respuesta a una de las preguntas formuladas tras la conferencia coloquio «ABC. Desayunos autonómicos» que se ha celebrado hoy en Toledo.
El jefe del Ejecutivo castellanomanchego ha señalado que al igual que los andaluces quieren tener «elecciones propias» y «que se hable de ellos», también en Castilla-La Mancha quieren que se hable de «lo que pasó hace cuatro años con María Dolores de Cospedal y de lo que ha pasado en esta legislatura».
A su modo de ver, es un «derecho democrático» que tienen los gobiernos autonómicos y los municipales y, por tanto, ha indicado que si no se hacen coincidir todos los comicios, para las generales «saltas a otoño» de 2019.
En este sentido, ha agregado que le «cuesta pensar» que se pueda prolongar hasta 2020 la convocatoria de elecciones generales porque eso significaría, si no se aprueban las cuentas generales del Estado, estar dos años sin presupuestos y «eso es más difícil de sostener», ha aseverado.
Además, ha resaltado que el Partido Popular y Ciudadanos (Cs) piden la convocatoria de elecciones rápidamente porque saben que el presidente del Gobierno no las va a convocar, porque de hacerlo -ha vaticinado- «a muchos les entraría el miedo», sobre todo porque la actitud del PSOE ha cambiado -y así lo reflejan las encuestas- porque ya no está «aplatanado» como antes de la moción de censura.
Preguntado por una gran coalición a nivel nacional entre PSOE, PP y Cs, ha respondido que, a su juicio, es «indispensable» una dialéctica izquierda-derecha o liberal-social, y que es distinto ponerse de acuerdo en los grandes asuntos de Estado que gobernar conjuntamente.
En este punto, ha tildado de «error» afirmaciones como la del líder nacional del PP, Pablo Casado, sobre la aplicación del artículo 155 sin esperar ni a PSOE ni a Cs, porque según García-Page el trabajo debe centrarse en que se no tenga que aplicar, y llegado el caso hacerlo con «el mayor consenso posible».
En clave regional, sobre el gobierno con Podemos, el presidente castellanomanchego ha dicho estar «satisfecho» en la medida en que está desarrollando su programa electoral y aunque ha reconocido que podía haberse planteado haber contado con Podemos desde principios de la legislatura, ha defendido que pese a que la formación morada está en el Gobierno «a la fuerza» fue la «solución más ventajosa para los intereses de la región» ante el bloqueo presupuestario.
Sobre si le apetecería más pactar con Cs que con Podemos, García-Page ha manifestado: «No me apetece pactar con nadie, quiero ganar con mayoría», al mismo tiempo que ha añadido que «sacar mayoría absoluta es muy difícil pero es posible», y que caben todas las posibilidades, incluso gobernar sin ningún tipo de pacto de gobierno.
El presidente de Castilla-La Mancha ha hecho estas declaraciones tras una conferencia que ha basado en destacar lo positivo del proceso autonómico, y en la que ha defendido que esta comunidad autónoma nació «no para ser más, sino para que no ser menos».
En la misma línea, ha apostado por «hablar en positivo de España» y ha apuntado una serie de fortalezas del país comenzando por la pertenencia a Europa y, a este respecto, ha señalado que el Brexit ha sido «un error evidente del que hay que sacar una lección».
Asimismo, García-Page ha dicho que la segunda fortaleza es que no existe un precipicio ideológico y por tanto «no hay riesgo de revolución ninguno» como pudo llegar a plantearse en el 15-M, y en tercer lugar ha destacado el valor de la democracia representativa, de la que ha dicho que tampoco se cuestiona porque no existe un modelo de democracia alternativa.
Por último, ha defendido el idioma español pese a las «trabas en Cataluña» y su expansión creciente también por el continente asiático, y ha concluido con la fortaleza de la Constitución española, de la que ha resaltado su consistencia frente al debate sobre cambios.
«Tocar una parte es casi imposible, intentar empezar de cero más todavía», ha considerado, y se ha mostrado «optimista» con el futuro del país y de la Carta Magna, a la que ha augurado otros 40 años de identificación con España.
Page cree que Cospedal ha hecho «tanto daño a su partido como a la región»
Page ha considerado que la expresidenta regional y ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, «ha conseguido hacerle tanto daño a su partido como a la región».
El presidente castellanomanchego ha sido preguntado por la salida de la política de la que también fue presidenta del PP en la región y que, en las últimas semanas, ha dejado su cargo en el partido y su escaño en el Congreso de los Diputados tras la publicación de los audios de sus conversaciones con el excomisario José Manuel Villarejo.
El presidente castellanomenchego ha sostenido que, si bien no apoyará «en la vida» que Cospedal sea nombrada «persona non grata» en Castilla-La Mancha, tal y como ha planteado Podemos, sí ha sostenido que la expresidenta autonómica «ha conseguido hacerle tanto daño a su partido como a la región».
Sobre el partido, García-Page ha señalado que Cospedal mantuvo un «enfrentamiento personal» con la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, e incluso ha afirmado que «sin ese enfrentamiento no se explica la difícil relación» que se estableció entre el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Cataluña.
Además, ha añadido que ese enfrentamiento tuvo «mucho que ver con la parálisis de Rajoy» ante la corrupción en el PP y tras la sentencia de la trama Gürtel.
García-Page ha afirmado que el conflicto entre Sáez de Santamaría y Cospedal provocó la reacción de Rajoy ante la moción de censura, pues ha considerado que si bien lo que tendría que haber hecho era dimitir, no lo hizo porque «era imposible meterse en esa falla» entre ambas dirigentes.
«Prefirió salir del cargo que ser aplastado por el movimiento tectónico» entre ambas, ha sostenido el presidente castellanomanchego, que ha afirmado que también ese enfrentamiento condicionó la sucesión de Rajoy en la Presidencia del PP, de forma que el actual presidente, Pablo Casado, «vio un hueco» entre ambas, ya que «para que no saliera una o la otra, estaban dispuestas a neutralizarse».
También ha sostenido que en la región, Cospedal no ha puesto «las cosas fáciles» y aunque ha admitido que cogió un partido «muy desorganizado y aburrido de perder» al que llevó el Gobierno de Castilla-La Mancha, al final «terminó siendo más el problema que la solución».
Y en cuanto a su sucesión en el PP castellanomanchego, también ha apuntado que la sensación es «etérea», pues si bien los dirigentes de ahora no pueden «hablar mal de Cospedal», tampoco se atreven a «hablar bien».