Antes de que se pudiese despertar cualquier fantasma sobre si esta es la última legislatura de Emiliano García-Page al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha, el presidente ya ha anunciado que va a presentar una hoja de ruta para la región con la vista puesta en los próximos ocho años.
El presidente, en el acto institucional por el Día de Castilla-La Mancha, que ha asegurado que «es momento de leer muy bien la realidad política» de Castilla-La Mancha y de España», se ha comprometido, emulando «el sentido común del Quijote«, a «ser moderado y a predicar con el ejemplo» y a desarrollar «un programa a ocho años, muy ambicioso, que pretende ser realista, muy firme y compartido«.
Page ha hecho esta declaración de intenciones desde el Gran Teatro de Manzanares, durante su intervención en el acto institucional del Día de Castilla-La Mancha, tres días después de que renovará de forma mayoritaria la confianza de los castellanomanchegos en las urnas el pasado domingo.
Los 10 próximos años serán «extraordinarios»
En clave de futuro, ha hablado de cuando Castilla-La Mancha, pasada la próxima década, cumpla 50 años de autonomía, mostrándose convencido que en esa fecha «tan redonda», la región habrá superado los «déficit históricos» que ha tenido por el centralismo, por la coyuntura económica o por los diferentes conflictos civiles. «Los próximos 10 años, salvo que medie un acontecimiento imprevisto, serán extraordinarios», ha vaticinado.
«Veo una región clarísimamente en positivo, que tendrá los servicios públicos blindados, aprovechando el Estatuto de Autonomía, una economía más plural, diversificada y más arraigada en la tradición de siempre, el campo, y con infraestructuras de vanguardia».
Programa para los próximos ocho años
Para ello, y renovando su «ambición» por Castilla-La Mancha ha convocado tanto a los presidentes de las diputaciones que se tienen que conformar como o los futuros alcaldes «hacer el camino juntos». «Lo quiero hacer con ese espíritu incluyente, muy incluyente» para desarrollar un «programa a ocho años, muy ambicioso, que pretende ser realista, muy firme y compartido».
Convencido de que la «inmensa mayoría» va a remar en la misma dirección, porque es «lo lógico y sensato», ha presumido de que Castilla-La Mancha puede «dar ejemplo» en España «de moderación, de no entrar en una dinámica frentista», apostillando que para ser radical «vale todo el mundo», pero para lo que «se exige coraje es para llegar a acuerdos, para ceder y tener posiciones de sentido común».
«Yo también daré ejemplo. No soy persona que se levante por la mañana buscando enemigos. No digo que no los tenga, pero que nadie se sienta enemigo por ser de una formación, militancia o por tener ideas diferentes a las mías, y que no se pueda considerar no representado en el Gobierno, que va a ser de todos», ha aseverado.
Tiende la mano a todas las instituciones
«Solo aquellos que se esfuercen mucho, tendrá una enemistad. Es momento de leer muy bien la realidad política de nuestra tierra y de España», ha advertido Page que, apelando al «sentido común del Quijote», ha pedido priorizar por encima de las dialécticas electorales y políticas los «intereses de la sociedad».
De ahí que no solo haya tendido la mano a los dirigentes que comandarán las diferentes administraciones locales o provinciales, también a lo agentes sociales, con quien se prestará «desde el primer día de legislatura a cerrar consensos sociales y acuerdos».
«Les agradezco de corazón que a las duras y a las maduras han estado donde les pide la gente, acometiendo una labor de responsabilidad por encima de sus propios representados», les ha agradecido.
Dicho esto, ha vuelto a asegurar que «solo por delante de los intereses de Castilla-La Mancha están los de España, incidiendo en que quedan por detrás «los de cualquier partido, incluido el mío y la suma de todos ellos».
«Una vez pasan los debates tiene que haber un trabajo en común y todo el mundo se puede y se debe sentir amparado ante la adversidad por su gobierno y en complicidad para todo aquello que necesitamos construir juntos», ha insistido el presidente castellanomanchego, que ha pedido esforzarse para que los «consensos y los reconsensos alcancen a todas las instituciones y a todos los sectores».
«Deseo para mi tierra la certidumbre y estabilidad. Es lo más rentable para un pueblo, y recuperar entre todos la alta capacidad para los acuerdos de Estado y de consenso, que transcienden generaciones. Eso tiene que ser un elemento a proteger», ha reivindicado