Confianza en nosotros mismos y entre nosotros fueron dos de los mensajes que Page dejó al despedirse como dirigente del PSOE toledano. Su informe de gestión ha obtenido un respaldo del 98 por 100 y ha cosechado un general renocimiento entre los intervinientes.
Emiliano García-Page puede «irse» tranquilo a la planta de arriba de Santa María la Blanca, donde se ubican los despachos del aparato regional en la sede socialista.
Por la respuesta de los delegados a su informe de gestión, tanto en votos a favor como en intervenciones de reconocimiento y aplauso, el ciclo que abrió en 1997 lo ha cerrado esta mañana con nota como máximo responsable del Partido Socialista en la provincia de Toledo.
Teniendo en cuenta la que les ha caído a los socialistas en las diversas elecciones celebradas en 2011, es mucho decir.
Claro, que Page es uno de los héroes socialistas del 22-M. No en vano, sacó ese día la mejor cosecha del PSOE en Toledo, mientras casi todas las demás cepas se secaban en las instituciones más importantes.
Hoy tocaba despedida para continuar la marcha y demostrar lo aprendido en toda la región, donde le espera un partido que nada tiene que ver con la organización provincial que deja atrás (si es que la deja atrás).
Tomó la palabra ante el Congreso Provincial pasadas las 10 de la mañana. Sereno, en tono cariñoso, pero sin caer en la lágrima ni en la nostalgia, García-Page fue relatando las áreas de su gestión en el partido.
Según contó a los delegados, el balance es positivo en cuanto a unidad y cohesión de la organización socialista toledana, la que menos problemas internos presenta.
El secretario general también ha destacado en su informe que el partido influyó positivamente en las decisiones públicas, tanto de la Junta como del Estado, en la realización inversiones fundamentales para el futuro de la provincia; por ejemplo, en infraestructuras.
Durante su intervención pidió respeto y reconocimiento para los órganos de dirección del partido que hoy se despiden y disculpó de la derrota a la gran mayoría de los alcaldes que perdieron el 22 de mayo de 2011, resultado que achacó a la coyuntura política y económica nacional.
«Los ciudadanos nos van a echar en falta» llegó a decir Page para referirse al estilo de Gobierno del PP y sus decisiones. Y agregó que » somos distintos, porque somos los que estamos pegados a la gente».
Su receta para recuperar las instituciones es ya muy conocida, junto a la cercanía al ciudadano, predica mantener la unidad del partido, en la que debe caber la crítica, que en su opinión «es democracia y a eso no nos ha ganado nadie».
La «confianza en nosotros y entre nosotros» son parte también de la receta del líder regional del PSOE, que a sus 43 años ha impuesto en el partido su modelo moderado de trabajo extenuante, cercanía a los ciudadanos, oído pegado a la calle y diálogo como opción principal para resolver los problemas y los conflictos.
Sus críticos, que en Toledo son minoría y una buena parte por haberse quedado fuera del raquítico reparto de puestos tras el 22 de mayo, le achacan ser ideológicamente tibio, haber gobernado el partido de manera «unipersonal» y cercenando el debate interno.
En el Congreso, 256 votaron a favor, tres en contra y uno se abstuvo al opinar sobre su modelo y su gestión. El resultado no deja dudas sobre sus tres lustros tirando de las riendas del PSOE toledano.