«El 8M ha pasado de ser una fecha reivindicativa para los colectivos feministas, de ser una jornada de lucha en la que se reivindicaba una sociedad igualitaria de forma minoritaria, de ser unas pocas las que salían a la calle y gritaban para denunciar la diferencia, a ser un día grande en el que prácticamente toda la sociedad denuncia todo aquello que sigue siendo distinto en cuanto a derechos y deberes entre mujeres y hombres.
Hoy, somos casi todas las que paramos para defender nuestro sitio en la sociedad y estamos con las que no pueden parar y con nosotras, todas las personas que creen que un mundo igualitario es un mundo mejor.
Sin embargo, el paro no puede ser una sola jornada. Tenemos que pararnos a pensar y eso debemos hacerlo cada día.
Tenemos que pararnos a pensar en que el trabajo por la defensa de los derechos de las mujeres, de tantas durante tantos años, no puede detenerse. Somos nosotras ahora quienes tenemos la obligación de seguir peleando por ellos y de dejar un futuro garantizado para las que vienen detrás de nosotras.
Tenemos que pararnos a pensar en la amenaza que está suponiendo el resurgir de determinadas ideologías, que amparándose en la soflama fácil, en el discurso rancio, en la demagogia, puede calar en las mentes planas y egoístas. Creíamos que los derechos adquiridos estaban consolidados y cuestiones como el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, a elegir nuestro camino, a tener las mismas oportunidades que ellos, se habían consolidado.
Sin embargo, el pensamiento absolutista, mesiánico, el de los que se sienten en el derecho de decirnos cómo tenemos que vivir y lo que está bien o está mal, ha vuelto. Quiere limitar nuestras libertades y nuestras oportunidades. Todo ello está en riesgo y en nuestra mano pararlo. Con las armas que tenemos a nuestro alcance: con la palabra, con los hechos y, no lo olvidemos, con el voto. Esa fuerza que un día consiguieron para nosotras las sufragistas, otras luchadoras que hicieron ver al mundo que si somos la mitad, tenemos que decidir igual que la otra mitad.
Por eso, no podemos dejar que ocupen el espacio que nos corresponde, tenemos que defenderlo hoy y todos los días. Por eso, hoy paramos y siempre paremos para reflexionar, pero no paremos la lucha».
Pilar Zamora, alcaldesa de Ciudad Real.