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Rajoy y la Junta Directiva Nacional 07/04/2015junio 8th, 2017

Mariano Rajoy lo tiene claro y no piensa entrar en los enredos internos que pueda haber en su partido, y por eso hoy, ante la Junta Directiva Nacional, ha pedido a los suyos que se dejen de rencillas y se pongan al tajo, que las elecciones están a la vuelta de la esquina.

A nadie ha sorprendido la reacción del presidente tras una Semana Santa movida con el cruce de reproches sobre los resultados en Andalucía, la supuesta falta de unidad o el liderazgo de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.


En lo que parecía más una orden que una petición, Mariano Rajoy ha encomendado a los dirigentes populares dejarse de «distracciones» y concentrarse en lo que importa: difundir la buena nueva de la recuperación para tratar de volver a tener el favor ciudadano.

Ha dejado además implícita la riña para quien se dé por aludido: las refriegas internas le interesan «a veinticinco», pero no a los votantes.

Y por si a alguno se le ocurre ir por libre o hacer una campaña personalista, el jefe del partido ha reivindicado la marca PP y les ha recordado a todos que si ganan será gracias a esas siglas y no a otra cosa.

«Al más puro estilo Rajoy», como apuntaba a Efe un dirigente, que ya antes de escuchar al presidente auguraba que éste no iba a entrar al trapo y que iba a dar ese mensaje, el de trabajar y trabajar vendiendo lo hecho para conseguir ganar los comicios, primero en mayo y después -en las generales-, cuando toque.

Y al más puro estilo PP también, porque de entre los cerca de 400 dirigentes que han asistido, nadie ha pedido la palabra para comentar, rechistar o simplemente hablar y Rajoy y los números dos y tres -Cospedal y Carlos Floriano-, han sido los únicos que han intervenido.

Una vez más, así, la disciplina se ha impuesto y los populares han tratado de seguir el mandato de su jefe de que aquí no ha pasado nada.

A la entrada y a la salida ha habido algunas -pocas- declaraciones, con llamamientos a la unidad y a olvidar o minimizar las tensiones, aunque Vicente Martínez Pujalte se ha salido un poco del guión al señalar que quienes pelean lo hacen por intentar demostrar quién es más amigo de Rajoy.

Pero también había, fuera de micrófono, algún análisis de lo que ha pasado.

Así, algún dirigente, a la salida de la Junta, echaba la culpa de todo a los medios de comunicación por especular sobre liderazgos o estados de ánimo, mientras los periodistas le recordaban que no fue un medio, sino el comunicado de una dirigente política castellanomanchega –Carmen Riolobos– el que avivó la polémica.

Hoy no se ha visto a Riolobos en la puerta de Génova, aunque sí ha pasado por allí Agustín Conde, uno de los que participó en la encendida defensa de Cospedal, quien ha entrado en la sede con otros miembros del núcleo duro del PP en Castilla-La Mancha sin hacer declaraciones.

Eso sí, a la salida, Conde ha asegurado a los periodistas que todo había ido «muy bien» y que «nunca» ha habido divisiones internas.

Pues eso. Aquí paz y después gloria.

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