El testimonio es de Juan Ignacio de Mesa, el primer alcalde democrático de Toledo y, además, por UCD. Y la escena se corresponde con una conversación telefónica que mantuvo con el entonces presidente, Adolfo Suárez, al que pidió ayuda para poder hacer el puente de Azarquiel, que se topaba con enormes dificultades presupuestarias.
Las dificultades en aquella legislatura de 1979 a 1983 eran enormes y diarias para el alcalde de Toledo. Pero había un proyecto que Juan Ignacio de Mesa no estaba dispuesto a dejar escapar, por su importancia para la ciudad y para el desarrollo más inmediato.
«Teníamos un secretario de Estado en el Ministerio de Obras Púbicas que era favorable al proyecto, pero no había presupuesto». Así que un día decidió que no esperaba más y ni corto ni perezoso descolgó el teléfono en su despacho de alcalde para hablar con la Moncloa. Y más concretamente con el jefe del Gobierno, Adolfo Suárez, al que por entonces ya conocía personalmente.
- «Presidente, Toledo se estrangula si no le damos una salida con un puente nuevo», dijo el alcalde.
- Y, ¿cuál es el problema?, se interesó Suárez.
- Que no hay presupuesto.
- Me entero y te llamo, finalizó el presidente del Gobierno.
Y así fue. Tres días después, De Mesa recibió una llamada comunicándole que el asunto quedaba desbloqueado y que el puente de Azarquiel sería una realidad.
«RODRÍGUEZ SAHAGÚN PUSO MALA CARA, PERO SUÁREZ ME DIJO: LO ENTIENDO PERFECTAMENTE»
El exalcalde recuerda alguna conversación más con su entonces jefe de filas. Como cuando en un encuentro con él y en presencia de Agustín Rodríguez Sahagún le comunicó que, finalizado su mandato como alcalde, había decido dejar la política y, por esa razón y solo por esa, no ingresaría en el CDS, el partido que Suárez creó para concurrir a las elecciones generales de 1982. «Me dolió tener que decirle que no me iba al CDS, sino que había tomado la decisión de irme a casa. Agustín Rodríguez Sahagún me mala puso, de esas de esto no te lo perdonamos!, pero él tomó la palabra y rápidamente contestó: Lo entiendo perfectamente, seguramente es una decisión que todos tendremos que tomar alguna vez».
Ni pizca de rencor. Y es que, según De Mesa, ése era uno de los rasgos de su carácter. «Tenía la capacidad de sacar algo positivo incluso en los momentos de más absoluta depresión».
VISITAS PRIVADAS Y COMIDA EN CASA AURELIO
Adolfo Suárez no visitó Toledo institucionalmente durante su mandato como presidente, pero sí lo hizo de forma privada durante ese tiempo y después. «Y su mujer también vino a Toledo varias veces sola y en visita privada». Recuerda de aquellos tiempos un almuerzo privado de la familia Suárez en el restaurante Casa Aurelio, un clásico de la ciudad. Y también su visita para clausurar un encuentro de dirigentes y militantes de UCD que se celebró en un municipio de la provincia en 1980. «Tenía un magnetismo arrollador. Era un gran orador, con cuatro palabras se convertía en el único orador que se quedaba con la gente».
El exalcalde toledano tiene claro el valor de la obra política del expresidente. «Puso de manifiesto, con su coraje y su decisión, que había que tomar decisiones muy importantes en momentos difíciles, él lo hizo y se creó enemigos poderosos en todos los ámbitos. Recuerda perfectamente a un político «que quería estar siempre cerca de la gente. Iba tranquilamente por la calle, pese a las amenazas de muerte que pesaban entonces y la situación que había con ETA, porque no soportaba que nadie se arriesgase por él».
«LA ÚNICA PERSONA QUE LOGRÓ QUE DURANTE UNOS AÑOS NO HUBIERA DOS ESPAÑAS»
«Era un hombre íntegro, de grandes valores -prosigue De Mesa-. Recuerdo una reunión con él en la que también estaba Rodríguez Sahagún, que aconsejaba ceder para sacar adelante una negociación importante. Y él le dijo: sí, Agustín, en una negociación es obligatorio ceder para llegar a acuerdos, salvo en las cuestiones que afectan a nuestros principios».
En definitiva, y en palabras de Juan Ignacio de Mesa, «Adolfo Suárez sigue siendo la única persona que logró que durante unos años no hubiera dos Españas».