«Las farmacias no soportan por más tiempo el impago de cuatro meses y la deuda de más de 200 millones de euros que ha acumulado el Gobierno de María Dolores De Cospedal desde que tomó posesión de su cargo. Es más, en muchas de ellas, fundamentalmente las que están en los municipios más pequeños del entorno rural de la región, las situaciones de desabastecimiento de los medicamentos más caros comienza a generalizarse». El portavoz de Sanidad del PSOE en las Cortes, Fernando Mora, añadía que la situación puede empeorar.
En opinión del diputado socialista la situación de las farmacias puede empeorar dado que «se ha roto la negociación sobre la única salida que ofrecía hasta ahora De Cospeda», que los farmacéuticos firmaran un convenio con una entidad financiera para pagar un interés del 5 por ciento y que se les adelantara el dinero que se les debe, en tanto la Consejería de Sanidad iba haciendo frente a la deuda de estos cuatro meses a lo largo de los próximos dos años, hasta octubre del año 2013.
Conminaba, por tanto, al nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha, a que «empiece a pagar ya, este mismo mes de noviembre, porque la situación es muy preocupante, y estamos hablando ya de riesgo de desabastecimiento en muchas farmacias, de ciudadanos que se marchan a comunidades autónomas limítrofes a comprar los medicamentos para los tratamientos más caros y más complejos».
Mora señalaba, además, que ante la negativa de la mayoría del sector y también, al parecer, de la entidad financiera a suscribir ese convenio, la Junta debía reconducir la situación ofreciendo «una salida razonable, con un calendario de pagos sensato y asumiendo la administración el coste de los intereses financieros si es que finalmente lo que se adeuda no puede ser pagado nada más que a través de acuerdos con bancos o cajas de ahorro».
De no hacerlo así, el diputado socialista aseguraba que se estará poniendo contra la espada y la pared a muchos establecimientos «que prestan un servicio indispensable en pueblos muy pequeños con una población muy mayor. Y no queremos pensar que lo hay aquí es un plan predeterminado para acabar con las farmacias del mundo rural».