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24/06/2012junio 13th, 2017

La sombra de Page es una expresión adecuada para definir el espacio físico que ha unido a Javier Ruedas y al alcalde de Toledo, aunque se queda corta para explicar su relación personal y política y es absolutamente insuficiente para contar su aportación a los mejores años de la Administración Bono y la histórica victoria de los socialistas en Toledo en 2011. Con 40 años recién cumplidos ha pasado casi la mitad de su vida en eso que él llama «la cámara de combustión», el epicentro del poder en gente que tuvo tanto como José Bono.


El caso es que Ruedas siempre ha estado al lado del alcalde, hasta que hace menos de un año dejó la dirección del gabinete del líder socialista para coger el timón de la Empresa Municipal de la Vivienda, que por primera vez en su historia había entrado en pérdidas y de la que tomó las riendas sin ningún voto en contra y en pleno crash inmobiliario. ¿Loco o soñador? Lo cierto es que pilota avionetas y podría ganarse la vida como instructor de vuelo, quizá una metáfora de su carácter de hombre que no da nada por perdido, pero sin renunciar a la toma de tierra.

Una pista más sobre el personaje. Fue miembro del CRI; es decir, del Centro Regional de Inteligencia, como medio en serio, medio en broma y parafraseando al CNI se llamaba al equipo de comunicación que capitaneaba Page y que acompañó a Bono al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha desde 1995 hasta 2004. Gozaban de una información de primera, lo que les permitía anticiparse a casi todo, y cada uno de sus días comenzaba con una reunión para identificar peligros, decidir cómo sortearlos, parir estrategias políticas frente a la oposición y colocar la imagen de Bono en la cima del tratamiento mediático, regional y nacional.

Javier Ruedas, uno de los pocos hombres que ha visto y oído casi todo lo que se ha cocinado en el Gobierno castellano-manchego durante más de una década y que conoce como la palma de su mano todo lo que acontece en la capital y a sus actores, cuenta en encastillalamancha.es cómo fueron esos años y su relato no defrauda, al menos a quienes quieran una opinión sincera y documentada. Lo podrán comprobar en la entrevista que publicamos mañana lunes y de la que les adelantamos hoy algunos contenidos.

Pieza fundamental de la comunicación de la Junta y de su imagen institucional desde que fue fichado por el entonces jovencísimo consejero Portavoz Emiliano García-Page, Ruedas es más partidario de convencer que de vencer, hablando de comunicación. Practica la cercanía, marca de la casa Page, y no hay llamada que deje sin contestar, pese a que su teléfono es de esos que echan humo. Quizás porque siempre lo ha cogido y ha sabido escuchar, fuera peón o torre en el ajedrez político. Su talante conciliador es también el mayor reparo que le ponen sus adversarios, que le acusan de «pastelear» demasiado en busca de acuerdos, aunque más de uno ha acudido a él ante un problema.

«Yo creo que Bono tiene mucho de Page y Page tiene mucho de Bono, se han complementado los dos muy bien». Así define Javier Ruedas, testigo directo del funcionamiento del tándem político desde hace casi 20 años, la relación entre el expresidente de CLM y el actual secretario general del PSOE.

En 2004 Bono dejó Castilla-La Mancha para ser ministro de Defensa en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y le dijo al PSOE que José María Barreda era el sucesor elegido. Entonces a todo el mundo le pareció lo más lógico, pero los años de presidencia de Barreda y su mala gestión en la Junta y el PSOE enfriaron tanto las cosas que son muchos los que piensan que Bono hoy no hubiera dejado su obras en manos del que era su vicepresidente entonces. Entre ellos, Javier Ruedas, que fue de los pocos del aparato de comunicación de Bono que se quedó con Page y no se marchó a Defensa. Él lo tiene claro y la respuesta a la pregunta de si Bono tomaría hoy la decisión de dejar a Barreda como sucesor, no tiene desperdicio, como verán en la entrevista que publicamos mañana en encastillalamancha.es.

También nos da su visión de cómo el expresidente del Congreso se autosacrificó para quitar a Barreda del camino de Page en el PSOE cuando tomó las riendas en el Congreso Regional de febrero y explica las sustanciales diferencias en la forma de gobernar la Junta y el PSOE de Bono y Barreda. Habla con la libertad de quien nunca ha pisado los terrenos del partido y no ve en la disciplina interna un freno.

Javier Ruedas traza de Bono el retrato de un dirigente político exigente, seguido por un ejército en plena forma, que se creía Castilla-La Mancha y que no soportaba la inacción ni la indecisión. Barreda es a sus ojos un presidente con una forma de gobernar individualista y que no daba confianza a los equipos. Y la actual presidenta, María Dolores de Cospedal, tampoco sale muy bien parada de su juicio: «Manda de manera absoluta, individualista y nadie se atreve a decir lo que piensa». Más detalles, en la entrevista que publicaremos mañana.

«Un reto apasionante». Así explica su entrada en la EMV y hablando de Toledo se suma a la denuncia del alcalde achacando al Gobierno de Cospedal una estrategia de acoso al ayuntamiento y a las inversiones comprometidas con la capital para dañar la figura del líder socialista. Dice que está dispuesto a prácticamente cualquier cosa para que la Junta resuelva su parte en la implantación de empresas como Coca Cola y niega que Bono hiciera lo mismo cuando Agustín Conde era alcalde de Toledo. «Otra cosa es que usted me diga que las inversiones las hacía la Junta para ponerse la medalla la Junta».

Apuesta porque el futuro político de Emiliano García-Page está, incluso a corto plazo, en la política nacional. Él, que tantas cosas ve y escucha, afirma que «gente muy influyente del PSOE ubica a Page candidatable en las generales» de 2015. 

Llegó en 1995 para encargarse de la publicidad y los actos institucionales de la Junta y se convirtió pronto y de facto en el alter ego de la comunicación del que entonces era el consejero más joven de España. Desde ese momento no se han separado nunca. De hecho Ruedas permaneció durante más de una década en la primera fila del mejor y más eficaz aparato de comunicación que tuvo José Bono y a mucha distancia del de Jose María Barreda, que empezó triplicando el presupuesto de propaganda y acabó en lo que muchos periodistas bautizaron como «la época del terror» a los medios de comunicación. Mañana da su opinión sobre el controvertido tema de la compra del favor de la prensa con la cuenta de publicidad institucional y sus revelaciones no tienen desperdicio.

Curioso también el perfil que traza de los protagonistas de la actualidad castellano-manchega, desde Cospedal, «la presidenta de Castilla-La Mancha en Génova», al «imprescindible» Page, el «almirante Vaquero» o la cara del poder que experimenta Leandro Esteban

Mañana, la entrevista completa en encastillalamancha.es.

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