El Museo del Ejército de la capital toledana ha acogido este miércoles un acto organizado por la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha en el que han coincidido como ponentes el chef illescano Pepe Rodríguez, la abadesa del Convento de Santa Isabel sor Luisa María Villegas Díaz, el diseñador Ulises Mérida y la karateca campeona del mundo Sandra Sánchez, coincidiendo todos ellos en hacer un paralelismo entre la evolución en sus carreras al amparo del desarrollo de la Constitución, texto que han puesto en valor con motivo de su 40 aniversario.

Constitución, Cultura, Moda y Deporte

El acto, denominado ’40 años de Constitución en la Cultura, la Alimentación, la Moda y el Deporte’, ha sido clausurado por el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Manuel González Ramos, quien ha utilizado su intervención para retrotaerse a su infancia tras nacer «en una aldea de una pedanía», en una familia de campesinos.

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Echando la vista atrás, le otorga valor a la Carta Magna al recordar las oportunidades en materia educativa que instauró hace 40 años. «Hemos sido unos privilegiados por nacer en una época donde tenemos más oportunidades».

«Cuando contamos a nuestros hijos estas vivencias, parece que fue hace mucho. Pero fue hace nada», ha apuntado González Ramos, quien no ha perdido la oportunidad para poner en valor el trabajo de generaciones anteriores.

Pero tras esta mención al pasado, también ha mirado al futuro, apelando a «aportar cada uno su granito de arena» en pos de la evolución de la sociedad.

Defensa de las autonomías y de la unidad de España

En este punto ha agradecido el «éxito» de la organización territorial recogida en la Constitución, ya que «ha merecido la pena» poder regular con el texto aprobado hace 40 años un sistema que permita acudir a la administración más cercana para resolver los problemas más urgentes.

«Todos hemos sabido adaptarnos a la Constitución. Siempre confío en el artículo 1 y en el artículo dos. La indisoluble unidad de España. Todos estamos obligados a comprometernos y la soberanía la tienen todos los ciudadanos», ha recalcado, reconociendo que el texto «necesita un retoque».

Pepe Rodríguez y la democratización de la gastronomía

El chef Estrella Michelín Pepe Rodríguez ha arrancado aclarando que es hijo de la Constitución, ya que se aprobó cuando sólo contaba 10 años. En su infancia se reabrió El Bohío, la casa de comidas que año después y bajo su mando se alzó con la máxima distinción gastronómica.

Entró en la cocina «por obligación», y tras 40 años desde la entrada en vigor de la Carta Magna ha puesto en valor la equiparación y la igualdad. «Hoy cualquier hijo de vecino puede ir a un restaurante importante. Hay turismo gastronómico. Y hay cocineros hasta en la tele», ha indicado.

«Ahora a los restaurantes no sólo se va a comer. Esto es maravilloso, y es lo que yo he vivido en estos 40 años de progreso», ha afirmado Rodríguez, quien ha celebrado que ahora «todo el mundo puede acceder a todo».

En su opinión, «claro que tiene que cambiar la Constitución» como ha cambiado la gastronomía. «Pero hace falta andar con pies de plomo. Estamos cambiando desde que el hombre encendió el fuego. La cocina fue siempre un lenguaje vivo».

Sandra Sánchez: «La Constitución tiene que evolucionar con la sociedad»

La campeona del mundo de karate, Sandra Sánchez, ha recordado que ella ya nació con la Constitución en vigor, y aunque ha tenido «las cosas fáciles» bajo este amparo su carrera ha estado plagada de retos desde que se apuntó al gimnasio con cuatro años.

Tras bromear con Pepe Rodríguez sobre la posibilidad de participar en Masterchef Celebrities –a lo que el cocinero se ha negado porque «siempre ganan estas ediciones deportistas de élite» –tras las victorias de Samuel Craviotto y Ona Carbonell– ha hecho un repaso de su carrera reparando en el momento en el que tuvo que dejar el Centro de Alto Rendimiento para regresar a Talavera de la Reina con motivo de la enfermedad de su madre, momento en el que dejaron de llamarla para competiciones.

También ha tenido palabras para otros campeones del mundo castellano-manchegos en este deporte, como los casos de Antonio e Isabel, uno con discapacidad intelectual y otra con discapacidad física. «Hemos roto todos los techos de cristal. Si te lo dan todo hecho, todo es fácil, pero si te lo ponen difícil es cuando sacamos lo mas profundo de nosotros mismos. Por eso agradezco todas las dificultades de mi carrera», ha afirmado.

La edad también estuvo a punto de ser un obstáculo cuando ganó el Campeonato de España con 32 años, ya que hubo dudas por parte de la Federación de apostar por su figura.

Tras esta retrospectiva, ha considerado que la Constitución tiene que evolucionar, como su carrera o como su deporte, pero tiene que «adaptarse a la sociedad igual que la sociedad se adapta a ella». «Si la sociedad crece, las normas tienen que crecer con ella».

La moda como instrumento de los movimientos sociales

El diseñador de Gálvez Ulises Mérida ha comenzado su intervención teniendo un recuerdo para la fecha en la que se aprobó la Constitución. «En 1978 fue cuando pusieron cemento en mi calle y fue el año en el que entró la televisión en color».

Su primeros pasos en el mundo de la moda fueron complicados por la suma entre la falta de conocimiento y las trabas de su entorno. Para contentar a la familia, se matriculó en estudios de Derecho en Madrid, pero nunca cruzó la puerta de la universidad.

«En España hasta hace 30 años no se sabía qué era la moda. Hasta que llega la Pasarela Cibeles. La ropa nos da seguridad, fuerza, identidad», ha defendido antes de apelar al papel de la moda como instrumento para el cambio social.

En su opinión, en los últimos años, ya con el manto de la Constitución, la moda ha servido como herramienta para extremos como los movimientos sociales o incluso la «liberación de la mujer».

«Si todos nos sentimos identificados como personas, seremos mejores personas. Para mí, el concepto de moda va más allá de lo que llevamos puesto. Perdura en el tiempo», ha afirmado.

La Constitución en el Convento

Luisa María Villegas ha sido la encargada de dar el pistoletazo de salida al acto, y en sus primeras palabras ha querido recordar dónde se encontraba cuando la Constitución vio la luz.

«Estaba en el convento. Todas pensábamos que era señal de progreso. Me animé y salí con las hermanas a votar. Estábamos acostumbradas a una constitución, como en nuestra orden de las Clarisas, por lo que para nosotras era algo casi normal», ha detallado.

Tras dejar claro que las monjas no están «al margen» de lo que ocurre en la sociedad, ha querido acentuar que en la familia clerical «no hay distinciones de raza o ideología» y se ayuda por igual a todo el mundo.