«Si todo fuera culpa de Zapatero y la crisis, habríamos perdido todos el 22 de mayo». Es lo que cualquier ciudadano diría, pero las verdades como puños no suelen formar parte del discurso político cuando implican autocrítica del partido propio. El alcalde de Cuenca y viceportavoz del PSOE de Castilla-La Mancha, no es un hombre de polémicas, pero sabe y confiesa, sin apuntar a nadie, que «si todo fuera culpa de Zapatero y la crisis, habríamos perdido todos el 22 de mayo». También tiene palabras de crítica para el Gobierno que preside María Dolores de Cospedal: «Da la sensación de que el Gobierno de Castilla-La Mancha no fuera de Castilla-La Mancha, como si nos hubieran traído uno para que nos gobierne». Tampoco se queja de la herencia recibida de su predecesor, el excalde Francisco Pulido (PP), que le ha obligado a un plan de ajuste de los más dramáticos. Sobre éstos y otros aspectos habla en la entrevista que publicamos íntegra en portada de encastillalamancha.es.
Empezó subiendo impuestos y ahora quiere peatonalizar Carreterías. ¿Se ha propuesto perder las próximas elecciones municipales?
Evidentemente, no. Lo que me he propuesto es, en primer lugar, sanear el ayuntamiento, porque si no lo saneamos se cae y hay que cerrarlo, por la situación absolutamente crítica en la que nos lo hemos encontrado. Con la peatonalización de Carreterías pretendemos varias cosas. En primer lugar, decir a nuestros vecinos que se pueden hacer cosas sin dinero; no tenemos dinero, pero tenemos madera y podemos hacer una peatonalización sui generis que yo creo que no se ha hecho en ninguna ciudad de España y probablemente tampoco de Europa. Queremos tener un espacio peatonal en el centro que no se ha hecho nunca, un sitio atractivo para la gente que vive en la ciudad, para el turista y un revulsivo para el comercio.
¿Cuántas facturas se encontró sin pagar cuando tomó posesión como alcalde?
Por valor de 24 millones de euros, creo que eran 7.000 facturas.
¿En cuánto tiempo podrán cobrar sus proveedores?
Para esto es clave el plan del Gobierno de España, que vamos conociendo los detalles con cuentagotas. Hemos enviado una relación de facturas por un importe de 22,3 millones de euros y si accedemos a ese dinero haciendo un plan de ajuste, como yo espero, podemos pagar a la inmensa mayoría de nuestros proveedores. Creo que es una buena salida en términos generales, si bien es verdad que a los ayuntamientos nos dan dinero para pagar nuestras deudas a cambio de maniatarnos.
«NO TENGO NINGÚN PROBLEMA EN QUE HAYA UNA LEGISLACIÓN QUE NOS EXIJA MÁS»
¿Está de acuerdo con la ley que pide responsabilidades a los gestores públicos que generen graves deudas? ¿Se la aplicaría a su predecesor en la Alcaldía de Cuenca?
No tengo ningún inconveniente en que haya una legislación que nos exija más responsabilidades. En cuanto a mi predecesor, yo, a diferencia de otros políticos y políticas, no tengo por costumbre quejarme de lo que me encontré cuando llegué al ayuntamiento.
Pero supongo que entiende que alguien se queje si hereda una administración cercana al 5 por 100 de déficit en seis meses y casi 168.000 facturas sin pagar.
No entiendo que alguien se queje por eso. Entiendo que se informe, pero que eso se convierta en una excusa para no gobernar y no tomar decisiones o justificar las que se toman, no me parece honesto.
«VEO POCO GOBIERNO Y LE VEO FRÍO Y DISTANTE»
¿No ve Gobierno en Castilla-La Mancha?
No. Veo poco Gobierno y le veo frío y distante de la gente de Castilla-La Mancha. Esa es la sensación que tengo yo y la que me traslada la gente de Cuenca.
¿Qué legislatura prevé?
Espero, por el bien de los castellano-manchegos, que el gobierno gobierne y lo haga con más cercanía. Da la sensación de que el Gobierno de Castilla-La Mancha no fuera de Castilla-La Mancha, como si nos hubieran traído uno para que nos gobierne y, por lo tanto, lo hace desde esa distancia y frialdad. Espero que cambie y que el Gobierno acierte en sus decisiones, sería bueno para Castilla-La Mancha, pero desgraciadamente no veo indicios.
Cuenca es una de las pocas islas socialistas en el «mapa azul» de Castilla-La Mancha. ¿Qué espera del Gobierno y de la presidenta, con la que ya se ha reunido?
Soy de los que creo que la política consiste en dialogar y poner encima de la mesa las diferentes opiniones para buscar el acuerdo. Debo decir que el clima en el que se desarrolló mi entrevista con la presidenta Cospedal fue distendido, agradable para mí, creo que también para ella; hablamos con sinceridad de las cuestiones que yo planteé como alcalde de Cuenca. Quiero creer que el hecho de que el Gobierno de Castilla-La Mancha sea del Partido Popular y el del Ayuntamiento de Cuenca del Partido Socialista no va a afectar a Cuenca y voy a hacer todo lo posible para que no afecte. A mí la presidenta me dijo, sobre una serie de cuestiones, que el Ayuntamiento de Cuenca podía contar con su Gobierno y yo espero que el tiempo demuestre que lo que me dijo es cierto.
Los hechos, ¿se corresponden con el clima de la entrevista?
Hasta ahora, no. Pero no creo que el Ayuntamiento de Cuenca haya sido peor tratado que otros ayuntamientos y, sobre todo, que otros gobernados por el Partido Socialista. La presidenta asumió en campaña electoral la urbanización de los terrenos de Adif, yo se lo recordé y debo decir que me dijo que íbamos a trabajar juntos con el Ministerio de Fomento. Soy una persona paciente, pero firme. Voy a dar un tiempo para que la buena voluntad que me mostró la presidenta se confirme. Hay cosas que ya me adelantó y le dije que no estaba de acuerdo, como que la autovía del Júcar, entre Cuenca y Albacete, deje de ser una autovía, porque el proyecto que se va a ejecutar pasa a ser una mejora de la carretera. También es imprescindible para la ciudad que se retomen las obras del nuevo hospital universitario.
¿Qué hizo usted mejor que su jefe de filas, José María Barreda, para ganar en una ciudad de derechas, como Cuenca, mientras él perdía en un territorio hegemónicamente socialista durante casi 30 años?
Cuenca no es una ciudad de derechas, sino conservadora y éstas tienden a la derecha. Me gusta muy poco hablar de mí mismo y menos de los éxitos de los que he formado parte, porque ganar las elecciones en Cuenca no se debe solo a que yo encabezara la candidatura, sino a todo el equipo -los 25 más los 3 suplentes-, a cómo se volcó el PSOE… En una situación difícil como la que teníamos cuando afrontamos las elecciones del 22 de mayo de 2011, los retos en la cercanía, en una ciudad pequeña como Cuenca, son más fáciles, porque hay un componente personal más fuerte que en las autonómicas. Y debo decir, con toda sinceridad, que los ciudadanos de Cuenca querían un cambio, no estaban nada satisfechos con cómo se había gobernado la ciudad entre 2007 y 2011.
«SI TODO FUERA CULPA DE ZAPATERO Y LA CRISIS HABRÍAMOS PERDIDO TODOS»
Por cierto, ¿ha decidido si repetirá para 2015?
No, no lo tengo decidido, porque queda mucho tiempo y no he pensado en ello. Ahora lo que me ocupa y preocupa es ser un buen alcalde, hacer una buena gestión.
¿Es de los socialistas autocríticos o de los que echa toda la culpa a Zapatero y la crisis?
Por principio soy autocrítico, porque soy crítico. Afrontamos las elecciones autonómicas y municipales de 2011 en una situación muy difícil, había una percepción en el electorado, y especialmente entre el nuestro, de que la crisis se había afrontado mal desde el Gobierno de España con Zapatero al frente… Eso influyó mucho, pero si fuera solo así, todos los y las socialistas que nos presentamos ese día hubiéramos perdido.