Una toma de posesión corta, puesto que el discurso del nuevo presidente de Castilla-La Mancha apenas ha durado 20 minutos. Emiliano García-Page ya ha «tomado posesión» de la que será su «nueva» casa laboral, el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional y que él tan bien conoce.
Pero no todo ha sido política, ha habido tiempo para…
Lean…
Page se abraza a un emocionado Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación de Toledo.
Calor, abanicos y agua, mucha agua. Eran las 19.30 horas del sábado 4 de julio y les puedo asegurar que en el patio del Palacio de Fuensalida (por el que correteaba Felipe II y muy atenta la estatua de Isabel de Portugal) la temperatura no bajaba de los 40 grados. Los invitados se asaban como pollos (con cabeza). Literalmente. Y no había mujer que no tuviera un abanico en la mano y no lo soltara porque en ese momento era el bien más preciado.
Media hora después, a las 20, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, entraba acompañado de Pedro Morenés, ministro de Defensa; de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE; de Jesús Fernández Vaquero, su íntimo amigo y presidente de las Cortes de CLM; y de Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo.
La tensión del momento…
Calor, calor y más calor…
No faltaba casi nadie. Por supuesto, en primera fila los tres expresidentes de la región: José Bono, José María Barreda y María Dolores de Cospedal. Junto a ellos, el presidente preautonómico, Jesús Fuentes. Familias, amigos, compañeros de peleas (con y sin comillas) durante los últimos 30 años, los mismos que lleva Page en política desde que con 15 años, ¡sí, con 15 años!, se presentó en el partido para afiliarse a las Juventudes Socialistas.
Sería interminable decir nombres de los que han estado… Solo una excepción: Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación de Toledo, no pudo reprimir la emoción. Intentó aguantar las lágrimas hasta que no pudo más… Y ya con el himno…
Mejor hablar de Alfredo Alonso, una persona que lucha y vive con su discapacidad; el autónomo Jesús Patiño y sus problemas para sobrevivir día a día; la joven emigrante Lucía Sánchez-Urán que ha tenido que irse de la región para encontrar trabajo; y Estefanía Fernández, una jovencita con síndrome de Down que nos ha sacado las risas y las lágrimas.
Los cuatro fueron los protagonistas del sarao porque se les invitó a hablar durante unos minutos antes de que lo hiciera el propio Page. Pidieron poca cosa y muy fácil de cumplir: que se les escuche, que no se les deje de la mano de Dios y que no se olviden de ellos.
A continuación, el nuevo presidente de Castilla-La Mancha, el cuarto desde la Democracia o el quinto con preautonomía incluida, como ustedes quieran, salió a hablar. Pidió perdón por la sauna a la que había invitado a los presentes y luego disertó durante 20 minutos.
El domingo 5 de julio, a las 11 de la mañana, dará a conocer su Gobierno, el primero.
A partir de ahí comenzará lo bueno… O lo malo, según se le vaya a cada uno.