El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, es uno de los tres presidentes autonómicos socialistas que no ha acudido este martes al Congreso ante la previsible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
Además de García-Page, no se encuentra el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Tanto Lambán como García-Page, en días pasados, se mostraron críticos con las negociaciones que estaba desarrollando el PSOE con ERC.
Reuniones con colectivos de discapacidad
García-Page ha mantenido este martes dos encuentros en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades, con sendos colectivos, y en concreto ha recibido a una parte del equipo de rugby en silla de ruedas «Carpetanos Quad Rugby» de Toledo y a la presidenta del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Cristina González.
Entre los que sí han acudido, están el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, que ha podido saludar a Sánchez nada más llegar éste a la Cámara Baja y apearse de su coche oficial.
Otros no han podido saludarle de momento, bien por llegar antes que el candidato, bien por llegar después, como el de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig.
El de Canarias, Ángel Víctor Torres, se encuentra en la tribuna de invitados, al igual que la de Baleares, Francina Armengol; y las de La Rioja, Concha Andreu; y Navarra, María Chivite.
Asisten otros representantes autonómicos del PSOE, aunque no gobiernan, casos de Ángel Gabilondo (Madrid), o el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien ha comentado que antes de acudir al Congreso ha ido a visitar el monumento a las víctimas de los atentados contra los abogados de la calle Atocha, en 1977.
Se prevé la asistencia del vicepresidente del Gobierno cántabro, Pablo Zuloaga, líder de los socialistas en esta comunidad autónoma y actualmente enfrentado a Miguel Ángel Revilla, el presidente, por el «no» que el PRC dará este martes a Sánchez en el Congreso.
El PSOE cierra filas con Pedro Sánchez
El PSOE ha cerrado filas en el día en que se prevé que Sánchez salga de la Cámara como presidente investido. Tendrá que prometer el cargo ante el rey a partir de entonces.
De hecho, la bancada socialista, todos sus 120 diputados, le han recibido entre aplausos, y en pie, cuando ha llegado al hemiciclo.
Ha influido en esta exhibición de unidad las presiones e insultos recibidos durante las últimas 48 horas, desde la primera votación del domingo pasado.
Iceta ha calificado de «indecentes los excesos» de algunos diputados de la oposición, en referencia a las presiones para que diputados socialistas rompan la disciplina de voto e impidan que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno.
Uno de los afectados, el parlamentario socialista por Segovia José Luis Aceves ha denunciado la recepción de decenas de correos en su cuenta pública como diputado, pero ha dejado claro que no le amedrentarán, como no amedrentarán tampoco a sus compañeros.
Traidora, puta… Insultos a los socialistas
También han recibido insultos, como ha señalado, José Zaragoza, o Zaida Cantero, quien ha asegurado que el PSOE tiene la conciencia tranquila porque defiende la democracia y la libertad.
Tras revelar que le han llamado «traidora y puta», ha lamentado las presiones y los insultos de aquellos que no han aceptado el resultado de las urnas.
Representantes de otros grupos también han padecido presiones, como ha denunciado la portavoz de JxCat, Laura Borrás, o el de Compromís, Joan Baldoví, en su caso a través de las redes sociales.
El vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, ha advertido a los barones del PSOE que «con sus silencios son cómplices y son también responsables de lo que va a ocurrir» este mediodía, cuando Sánchez saque adelante su investidura «con aquellos que quieren destruir España».
La líder del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, estuvo en el Congreso el sábado pasado.
Asimismo, entre los invitados, la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, su hermano y sus padres.