El Gobierno de Castilla-La Mancha dotará a partir del 1 de marzo a todas las áreas sanitarias de la comunidad autónoma de una consulta monográfica de COVID-19 persistente, asignada a la especialidad de Medicina Interna.
Así lo ha asegurado hoy el presidente de la comunidad autónoma, Emiliano García-Page, en un acto en Tomelloso (Ciudad Real).
Así se lo han trasladado los directores generales de Asistencia Sanitaria, José Antonio Ballesteros; Atención Primaria, Julio Cuevas; y de Cuidados y Calidad, Begoña Fernández; a la presidenta y vicepresidente de la Asociación de Covid Persistente de Castilla-La Mancha, Estefanía Callejas y Juan Alcázar, respectivamente, durante una reunión celebrada esta semana.
Ya están seis en funcionamiento
Actualmente ya están en funcionamiento seis de estas consultas monográficas y el objetivo, tal y como se recoge en la instrucción remitida desde el SESCAM a todas las Gerencias periféricas, es que a comienzos del próximo mes estén todas en marcha con una agenda específica.
A estas consultas ya están siendo derivados los pacientes desde Atención Primaria siguiendo los criterios definidos en las guías que han elaborado diferentes Sociedades Científicas de Atención Primaria y que todos los profesionales tienen a su disposición en el sistema de información corporativo para este nivel asistencial (Turriano).
Una mayor capacidad resolutiva
En este punto, el director general de Asistencia Sanitaria ha recordado que los profesionales sanitarios de Atención Primaria de Castilla-La Mancha tienen habilitado un amplio catálogo de pruebas diagnósticas para poder ser solicitadas, constituyendo una línea estratégica básica del Gobierno regional para dotarles de una mayor capacidad resolutiva.
Asimismo, ha hecho hincapié en el refuerzo que se ha llevado a cabo, gracias a las contrataciones de profesionales que se han realizado durante la pandemia, de las áreas de fisioterapia tanto en Atención Primaria como Hospitalaria.
En este encuentro, y al igual que sucediera en el primero celebrado a finales del pasado mes de septiembre, los representantes del SESCAM insistieron en la necesidad de que la COVID-19 persistente sea reconocida como enfermedad, conforme al código de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.