Una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Toledo condena al Sescam a indemnizar a una paciente con 20.000 euros por las secuelas ocasionadas durante un parto.
La sentencia, tramitada por los servicios jurídicos de la asociación «El Defensor del Paciente», estima en parte el recurso interpuesto por N.B.G., quien fue atendida de su segundo parto en el Hospital Universitario de Guadalajara.
Según informa «El Defensor del Paciente» en un comunicado de prensa, con fecha de 5 de diciembre de 2013, N.B.G. fue ingresada en este centro hospitalario para la inducción directa del parto a término por la rotura prematura de membranas mediante fórceps.
Como consecuencia y debido a la anestesia raquídea que se le aplicó, en la actualidad la paciente padece incontinencia urinaria y dolor en la región ciática con pérdida de sensibilidad y fuerza. Además, durante los dos meses posteriores al parto «estuvo sin recibir la asistencia adecuada».
El texto de la sentencia recoge que en el informe del jefe del servicio de Anestesiología se expone que la anestesia epidural la puso un MIR de tercer año y que se produjo una primera punción que produjo una paresia pero que, posteriormente, se efectuó una segunda punción sin incidencias. Considera que el cuadro que presenta la paciente en relación a las cefaleas podría ser compatible con la punción, aunque no reconoce tal circunstancia en relación a los problemas de incontinencia.
El magistrado considera que «podríamos estar en este caso ante un supuesto de lo que se ha llamado daño desproporcionado; los supuestos de daño desproporcionado vienen referidos a los casos en que el acto médico produce un resultado anormal e inusualmente grave y desproporcionado en relación con los riesgos que comporta la intervención en relación con los padecimientos que se trata de atender».
La parte recurrente solicitaba a la justicia una indemnización de 100.000 euros.