El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) tendrá que indemnizar con 73.814 Euros a los familiares de un paciente de 63 años que falleció a consecuencia del retraso en diagnóstico y tratamiento de un cáncer de vejiga, tal y como ha sentenciado el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 1 de Toledo, que tramitada por los Servicios Jurídicos de la Asociación ‘El Defensor del Paciente’, a través del letrado Carlos Sardinero, del despacho «Sardinero Abogados».
El diagnóstico se retrasó 10 meses desde la primera prueba, en la que ya había indicios
Este caso se remonta a marzo de 2013, cuando se sometió al paciente a una citología de orina, en el Hospital Virgen del Prado de Talavera, que resultó sospechosa de malignidad, una ecografía urológica en la que se apreció «una imagen nodular que podría corresponder a patología neoformativa» y un TAC abdominopélvico que confirmó la presencia de una imagen «sugerente de proceso neoformativo«.
Dichos hallazgos, junto con los antecedentes oncológicos del paciente, hacían sospechar un cáncer de vejiga de características muy agresivas, ya que invadía el uréter según las pruebas de imagen practicadas.
Sin embargo, el diagnóstico definitivo no se produjo hasta enero de 2014, más de diez meses más tarde. Además, el diagnóstico fue casual, ya que se produjo cuando el paciente ingresó en el hospital por una trombosis venosa profunda, mientras permanecía en lista de espera para ser sometido a la biopsia del tumor de vejiga.
La sentencia acoge los motivos del abogado Carlos Sardinero y señala que «debe concluirse que, desde el 26 de marzo de 2013 -fecha en que los hallazgos del TAC no dejaban lugar a dudas- la Administración demandada incurrió en un retraso diagnóstico […] que se prolongó durante más de 10 meses, que privó al paciente de toda expectativa de curación, ya que padecía un agresivo tumor».
El retraso diagnóstico privó al paciente de toda expectativa de curación y al momento de su diagnóstico sólo pudo aplicarse tratamiento paliativo hasta su fallecimiento.