En el pasillo de Dirección del Hospital Universitario Mancha Centro de Alcázar de San Juan, las luces brillan con la intensidad de un día más de trabajo. Todo parece funcionar con precisión, pero detrás de cada puerta, de cada decisión, hay historias de personas que dedican su vida a cuidar a los demás. Una de esas historias es la del doctor Joaquín Torres Moreno, un profesional cuya vocación no solo le llevó a salvar vidas, sino también a construir un legado que trasciende el tiempo.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, realizó la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital Universitario Virgen Macarena. Joaquín recuerda con nitidez el primer día que se colocó la bata blanca. Era joven, lleno de entusiasmo y con el firme propósito de hacer del mundo un lugar más saludable. Aquella pasión lo acompañó durante sus años como médico de familia en Sevilla, donde aprendió que cada paciente es un universo en sí mismo y que la atención médica va mucho más allá de los diagnósticos. Pero Joaquín no se detuvo allí. Consciente de que podía contribuir en mayor medida al sistema de salud, aceptó el desafío de pasar de la consulta a los despachos, asumiendo cargos de gestión en los que pudo aportar una visión humanista y cercana a la sanidad pública.
Su primer gran paso en la gestión llegó con el nombramiento como director de la zona básica de Guillena, distrito sanitario Aljarafe en Sevilla. Allí, rodeado de los paisajes andaluces que le vieron crecer profesionalmente, afrontó por primera vez la complejidad de dirigir una región sanitaria. Fue un período de grandes aprendizajes, en el que comprendió que dirigir no solo consiste en administrar recursos, sino también en inspirar a los equipos, escuchar a los profesionales y estar presente en los momentos clave.
El equilibrio médico entre la razón y el corazón
Con esa experiencia, llegó a una de las posiciones más relevantes de su carrera: la gerencia del Hospital Virgen Macarena en Sevilla, uno de los centros sanitarios más importantes de Andalucía. Este paso marcó un punto de inflexión en su trayectoria. Entre reuniones interminables y decisiones difíciles, Joaquín descubrió que liderar un equipo médico es un acto de equilibrio entre la razón y el corazón, entre los números y las personas. Dirigir un hospital de tal magnitud supuso grandes desafíos, pero también le permitió consolidarse como un referente en la gestión sanitaria andaluza.
Su capacidad para adaptarse a distintos entornos y asumir con éxito nuevos retos se vio reflejada en cada uno de los puestos que desempeñó. Y cuando parecía que su camino estaba llegando a un punto de estabilidad, surgió una nueva oportunidad: dirigir el Área Médica de la Gerencia de Atención Integrada de Alcázar de San Juan. Sin dudarlo, aceptó el reto, movido por ese espíritu incansable de servicio y mejora continua. En Castilla-La Mancha encontró un entorno diferente, nuevas formas de hacer las cosas y un equipo humano comprometido con la excelencia asistencial. A lo largo de estos años, ha trabajado incansablemente para mejorar la calidad del servicio y adaptarlo a los desafíos del futuro.
Ahora, tras años al frente de la Dirección Médica del Mancha Centro, el doctor Torres Moreno se prepara para cerrar un capítulo importante de su vida profesional. Se jubila dejando no solo una huella indeleble en cada institución en la que ha trabajado, sino también un legado de humanidad, esfuerzo y liderazgo ejemplar. Pero antes de marcharse, queremos conocer su historia de primera mano: las lecciones aprendidas, los momentos difíciles y los logros que lo llenan de orgullo.
Así comienza esta entrevista, un homenaje a una vida dedicada a los demás, donde queremos escuchar sus reflexiones sobre el pasado, sus pensamientos sobre el presente y sus esperanzas para el futuro de la sanidad pública.
Ayudar a la salud de las personas de manera integral
P.- ¿Qué le impulsó a elegir la Medicina Familiar y Comunitaria como especialidad y cómo fueron sus primeros años?
R.- La principal motivación fue la de ayudar a las personas de manera integral en sus problemas de salud, y esta es una característica que solo la tiene la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.
P.- ¿Cómo afrontó su actividad, al finalizar su formación como Médico de Familia y en qué proyectos dirigió su vida profesional?
R.- Tras la finalización de la especialidad, me llevó a realizar durante más de doce años una actividad como médico de urgencias en el Hospital de Huelva y posteriormente en el Hospital Universitario Virgen Macarena que simultaneaba, desde la Unidad de Hospitalización Domiciliaria y consulta de VIH/SIDA entre el 1990 al 2000. Durante esa época facilitamos un proyecto de cooperación y trabajo con profesionales de los Centros de Deshabituación e Instituciones Penitenciarias para pacientes con procesos infecciosos, además de atender a pacientes con procesos oncológicos y no oncológicos en situación terminal en domicilio.
P.- Tras su experiencia como clínico tanto en el Hospital como Atención Primaria, ¿qué le motivó a dar el salto a la gestión hospitalaria asumiendo la dirección médica del Área de Gestión sanitaria de Osuna?
R.- Mi experiencia profesional y la apuesta del Servicio Andaluz de Salud como estrategia de dar peso en la gestión a profesionales con cierta experiencia clínica y de liderazgo con grupos profesionales, motivo de la oferta de integrar una responsabilidad en el Área Sanitaria de Osuna.
P.- Tras varios años en la gestión sanitaria y desempeñando diferentes cargos, ¿cómo se dio el proceso que le llevó a asumir el cargo de gerente del Hospital Virgen Macarena, uno de los centros de referencia en Andalucía, y cómo afrontó el desafío de liderar una institución de tal magnitud?
R.- La encomienda como Gerente del Hospital Universitario Virgen Macarena, venía tras mi recorrido previo de gestión en el Área Sanitaria de Osuna y mi participación como subdirector Médico del Hospital Universitario Virgen del Rocío y posteriormente como subdirector Gerente de ese mismo Hospital.
P.- Durante su gestión en el Hospital Virgen Macarena, ¿cuáles fueron los principales retos que enfrentó y cómo los superó?
R.- El nombramiento de Gerente de un Hospital referente del Sistema Público de Andalucía por su capacidad de gestión, formación y desarrollo profesional y ante el compromiso de mejora, me planté varios objetivos estratégicos como impulsar la investigación como elemento esencial para avanzar científicamente; incorporar nuevas tecnologías que facilitasen el trabajo de los profesionales y la atención de los ciudadanos a nuestro cargo; también mejorar y desarrollar la implantación de Unidades de Gestión Clínica como modelo de gestión en cada uno de los servicios y, por último, mejorar la infraestructura del hospital.
P.- En 2020, asumió la dirección médica del Hospital General Mancha Centro. ¿Qué diferencias encontró entre la gestión sanitaria en Sevilla y en Alcázar de San Juan?
R.- Ambas comunidades tienen su singularidad, y la gestión como la estrategia se marcan desde las respectivas consejerías de salud para darle cuerpo en los centros. La percepción personal es que me integraba en una gerencia y hospital en pleno desarrollo, con un equipo directivo y servicios implicados en mejora continua, dando respuesta a las necesidades de salud de los ciudadanos, fortaleciendo su compromiso con la formación pregrado y postgrado y apostando por la innovación.
Apuesta por la investigación
P.- Tras su amplia experiencia en el Servicio Andaluz de Salud y en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ¿qué diferencias más significativas ha encontrado en la gestión, organización y prestación de servicios sanitarios entre ambos sistemas, y qué buenas prácticas de cada uno destacaría? ¿Cuál elige?
R.- En Andalucía desde hace años, se apostó por un modelo de Gestión clínica, basado en la gobernanza de profesionales clínicos tanto en el ámbito de la Atención Primaria como en los hospitales, además el conjunto de las Unidades de Gestión Clínica y profesionales trabajamos con propuestas mediante un contrato programa que recogía los objetivos, clínicos, farmacia, investigación, satisfacción y demoras entre otros. Tengo que añadir que este modelo con el cambio de gobierno se ha desvirtuado de manera considerable.
Por el contrario, la mirada estratégica que me encontré desde hace cinco años cuando me incorporé por parte del SESCAM y de la Consejería, es la apuesta firme por dar soluciones a los problemas de salud de la población, con la aportación de líneas estratégicas esenciales como la de Humanización, Calidad y Salud comunitaria, apostando por la prevención y la salud. Sin olvidar el empuje decisivo en investigación y formación de nuevos especialistas con un crecimiento progresivo en toda la comunidad, con el objetivo de garantizar la atención en los años venideros a la población de Castilla La Mancha. En definitiva, una apuesta por la construcción, con la que me identifico.
P.- La pandemia ha sido un desafío global. ¿Cómo afrontó la crisis sanitaria desde su posición y qué aprendizajes destaca de esa experiencia?
R.- La primera ola de la pandemia, me encontraba de responsable en la Unidad de Gestión Clínica de Atención Primaria en Sevilla. Como en el resto del país, tuvimos que adoptar medidas para proteger a nuestros pacientes e innovar nuestra organización y actividad para evitar contagios y solucionar los problemas de salud a los que nos enfrentamos. Para ello contaba con un grupo de profesionales comprometidos con su trabajo y su responsabilidad.
Un médico muy comprometido con los pacientes
P.- Se le reconoce por su compromiso con los pacientes, incluso desafiando directrices durante el confinamiento para atenderlos personalmente. ¿Qué le llevó a tomar esa decisión y cómo valora la relación médico-paciente en la actualidad?
R.- La situación de la pandemia fue muy crítica y especialmente para las personas que estaban confinadas en centros sociosanitarios. Nuestra Unidad de Gestión, tenía como asignación el seguimiento de pacientes de más de veinte residencias distribuidas en el centro de Sevilla, con un número considerable de residentes que teníamos que atender y proteger.
La decisión de la Gerencia en ese momento del Distrito Sevilla, indicó cerrar los centros desde el miércoles santo hasta el lunes posterior al domingo de resurrección; decisión que incumplí porque mi ética como médico y responsable de la Unidad, junto a los médicos que me acompañaron en esos días, no permitía olvidar nuestro compromiso de dar respuesta desde uno de los dos centros de Salud, a los pacientes y centros sociosanitarios que consideramos tenían que atenderlos para evitar complicaciones.
Esa decisión me costó la Dirección de la Unidad, pero afortunadamente ningún residente de esos centros sociosanitarios falleció y muy pocos se infectaron.
P.- Con más de 30 años de experiencia, ¿cómo ha visto evolucionar la sanidad pública en España y qué mejoras considera aún necesarias?
R.- Mi primera experiencia como médico fue en el 1982 en la población de Argamasilla de Alba, debido a que me encuentro muy vinculado a esta tierra a pesar de que la mayoría de mi ejercicio profesional lo he desarrollado en Andalucía. El crecimiento de la sanidad en general en el país y en Castilla-La Mancha ha sido exponencial, mejorando la dotación técnica, aumento las plantillas de profesionales, recursos económicos y la construcción de centros de Salud y Hospitales, para afrontar los desafíos en salud. Todo ello no hubiera sido posible, sin con el primer gobierno socialista de Felipe González, no se hubiera implantado una sanidad universal y gratuita.
P.- ¿Qué principios ha seguido para liderar equipos médicos y cómo ha manejado situaciones de conflicto o crisis dentro de las instituciones que ha dirigido?
R.- Los principios fundamentales bajo mi punto de vista, es llevar a cabo una gestión consensuada, de respeto y sostenible con los profesionales, poniendo en valor la templanza, capacidad de escucha y en ocasiones empatizando e intentado construir soluciones de los que todos somos acreedores.
«La tecnología es parte de las soluciones en salud»
P.- ¿Cómo valora la incorporación de nuevas tecnologías en la práctica médica y qué impacto cree que tendrán en el futuro de la atención sanitaria?
R.- Las tecnologías es parte de las soluciones en salud, para mejorar los diagnósticos y tratamientos, considero que facilitarán como complemento las actividades que los profesionales sanitarios hacemos.
P.- Qué significa para usted el reconocimiento del Hospital Mancha Centro como hospital universitario y qué impacto cree que tendrá la propuesta de ampliación por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en la mejora de la calidad asistencial y formativa?
R.- En mi experiencia, la ampliación de las infraestructuras son condicionantes para la mejora de la atención a los ciudadanos y para la mejor adecuación de las acciones sanitarias que hacemos los profesionales, por lo que no tengo dudas, que la ampliación darán satisfacción a pacientes y profesionales y por extensión en la calidad y seguridad, ya que serán estructuras más amables y cómodas.
P.- Al acercarse su jubilación, ¿de qué logros se siente más orgulloso y qué mensaje le gustaría dejar a las futuras generaciones de profesionales sanitarios?
R.- El logro que tengo con mayor satisfacción, la de haber ayudado a tanta gente y participar en proyectos que han tenido muy buenos resultados. A las futuras generaciones, quiero expresarles que somos parte del sistema sanitario, pero a la vez podemos ser pacientes de él, por lo que cada uno tiene una parte de acciones en lo público que tiene que cuidar y en el futuro dependerá del esfuerzo de todos que sigamos con una sanidad solidaria, universal y gratuita.
P.- ¿Qué proyectos o actividades planea emprender tras su retiro y cómo continuará vinculado al ámbito de la salud, si es que lo considera?
R.- Me tengo que resetear, porque llevo muchos años trabajando en salud y es algo que nunca se deja, pero evidentemente hay otras actividades que dejamos, que con el tiempo disponible retomaré.
P.- Mirando hacia atrás, ¿hay alguna decisión o momento en su carrera que cambiaría y por qué?
R.- En mi vida profesional no cambiaría nada ni tengo nada que reprochar en las decisiones tomadas. Pero dichas decisiones siempre han estado comprendidas, avaladas y compartidas con mi familia, especialmente con mi mujer y mi hijo a los que tengo que dedicar parte del tiempo robado.