Las enfermeras se han manifestado hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer, en Castilla-La Mancha, para reclamar un cambio estructural que reconozca adecuadamente su trabajo en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) y que acabe con la discriminación laboral y profesional que sufren por el hecho de ser un colectivo mayoritariamente femenino. Así lo asegura el sindicato de enfermería, Satse, en un comunicado hecho público hoy.
Convocadas por el Sindicato de Enfermería, Satse, las enfermeras se han concentrado en el Hospital Universitario de Albacete; Hospital General de Ciudad Real; Hospital Virgen de la Luz de Cuenca; Hospital Universitario de Guadalajara y en el Hospital Universitario de Toledo con mensajes para «denunciar la situación de hartazgo, desmotivación y desilusión que tienen por el desinterés de las administraciones públicas hacia su realidad».
Las enfermeras han leído un manifiesto en las concentraciones en el que se destaca la necesidad de que se valore y reconozca «su esencial aportación a la sanidad y que su trabajo deje de ser menospreciado e infravalorado. Estamos hartas de que nuestra formación, cualificación y experiencia profesional no se reconozca”, resaltaron.
Piden reforma del Estatuto Básico del Empleado Público
Satse explica que es discriminatorio permanecer en el subgrupo A2, «una clasificación profesional que no está acorde con la ordenación actual de los títulos universitarios y el desarrollo competencial experimentado por la profesión en los últimos años y que supone una importante brecha de género laboral y salarial».
Aseguran que la clasificación en un subgrupo inferior al de otras titulaciones del mismo nivel, limita el crecimiento profesional y da lugar a prejuicios y estereotipos sobre la profesión enfermera. En este sentido, reclaman al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los distintos ministerios implicados en la reforma del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y que las enfermeras se incluyan finalmente en un único Grupo A, sin subgrupos, dentro de la administración pública.
Agresiones y prejuicios sexistas
Por otro lado, el Sindicato de Enfermería asegura que persisten algunos roles y prejuicios sexistas y que «se sigue marginado a su profesión, por ser mayoritariamente femenina y dedicarse a los cuidados, a pesar de su importancia y necesidad dentro del sistema sanitario y en la sociedad.
Como ejemplo de discriminaciones y perjuicios, Satse cita «la falta de reconocimiento a la dureza de su condiciones y riesgos laborales, lo que les impide poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria; sufrir estereotipos sexistas; un mayor número de agresiones físicas y verbales, y dificultades de conciliación».