Desde pequeños y a lo largo de nuestra vida pasamos horas y horas expuestos al sol. Sin embargo, no siempre lo hacemos de la manera más correcta posible, y las consecuencias pueden salirnos muy caras.
A día de hoy, el cáncer de piel es una de las patologías más frecuentes a nivel dermatológico, producido fundamentalmente por el sol que nos da a lo largo de toda nuestra vida.
El cáncer se desencadena en dos escenarios. Por una «exposición solar crónica«, una situación habitual con la que se encuentra la dermatóloga del Hospital Universitario de Toledo, Elena Martínez, quien nos explica a encastillalamancha.es; ; y también hay cánceres de piel por las quemaduras solares.
Melanoma, uno de los tumores más peligrosos
En la actualidad existen diferentes tipos de cáncer de piel: por un lado, nos encontramos con los tumores melanocíticos o más bien conocido como melanomas, que pueden ser los más peligrosos a nivel dermatológico.
Por otro lado, tenemos los cáncer de piel no melanoma, que son aquellos no producidos por células productoras de pigmento, como por ejemplo el carcinoma basocelular, uno de los tipos de cáncer cutáneos más frecuentes.
«Es el tumor, por el que casi todos, en algún momento de nuestra vida, probablemente nos veamos afectados».
1247 cánceres de piel en Castilla-La Mancha 2021
Según los datos ofrecidos por la Asociación Española Contra el Cancer (AECC), en España se detectaron 27.940 casos de melanoma de piel y otros carcinomas cutáneos durante 2021, de los cuales 1.247 casos fueron registrados en Castilla-La Mancha, situando a la región como la novena comunidad con mayor números de casos.
Martínez admite que, a día de hoy, se encuentran con más casos de cáncer de piel, pero se detectan de manera más temprana, «tumores muy pequeños que se eliminan con una extirpación simple, y no precisan ningún tratamiento posterior».
La dermatóloga considera que esta rápida detección es gracias a la prevención primaria y a una mayor concienciación de la protección solar, ya que «todos tendemos a usar el protector a diario, y esto nos puede ir salvando o minimizando esos daños que se pueden producir en la piel».
La protección infantil, determinante en la aparición de un futuro cáncer
Los expertos, tal y como nos cuenta la doctora Martínez, hacen una serie de preguntas, durante la revisión de nuestros lunares, para conocer cuales son aquellos pacientes con un mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
Una de las respuestas más importantes que tienen que conocer son los antecedente de quemaduras solares durante la infancia, porque durante este periodo es cuando se acumulan las mutaciones que van a hacer que las células tengan menor capacidad de reparación, y mayor capacidad de convertirse en tumor.
Saber si los pacientes tienen antecedentes familiares o si en su trabajo se exponen muchas horas al sol, así como el fototipo de piel, también son preguntas que los dermatólogos podrán formularnos para conocer que riesgo tenemos de padecer este tipo de cáncer.
Cómo prevenir
Revisión anual, acudir a un especialista ante señales de alarma…
Martínez recomienda hacer una revisión anual con el médico de Atención Primaria, «el cual si ve algo anómalo, nos mandará al paciente de manera más o menos temprana y podremos hacer una valoración».
En el caso de que no acudiéramos a hacer esta revisión, es necesario hacer una autoexploración de nuestra piel.
Los pacientes con antecedentes familiares de cáncer de piel, deben estar mucho más en alerta y por ello, requieren la revisión de un especialista, al menos una vez al año o cada dos.
La aparición de un nuevo lunar o cambios anómalos en otros que ya teníamos pueden ser una señal de alarma por la que preocuparnos ante un posible caso de cáncer cutáneo.
Cuándo preocuparnos
En este sentido, los expertos hablan de cinco alteraciones ante las que alertarnos, conocidas como «la regla del ABCDE«.
Protección solar sí o sí
Lo fundamental, según la doctora Martínez, es la protección solar, aproximadamente unos 20 o 30 minutos antes de la exposición al sol, y renovar la crema cada dos o tres horas si seguimos expuestos al sol.
Aparte de ello, considera muy importante el uso de antioxidantes a partir de los 30 años para reparar «un poco» el daño producido por el sol.
Su uso «no va a evitar que tengamos un cáncer de piel, pero sí nos está reduciendo el daño que se acumula en nuestra células».
También, es fundamental evitar la exposición solar en las horas centrales del día, entre las 12 y las 5 de la tarde, ya que esas horas de sol no son necesarias para sintetizar vitamina D. La doctora Martínez considera que 5 o 10 minutos diarios, en las horas iniciales o finales del día, es el tiempo suficiente para coger esa vitamina que necesitamos.
Por último, usar elementos de protección como son las gafas, sombrilla, camisetas, o trajes de baño con protección solar.
Escoja el protector solar adecuado
El sol produce distintos tipos de radiaciones: la A y la B son las que más penetran a través de la capa de ozono. La A es la implicada en la aparición de manchas y de arrugas a largo plazo, y la B es la implicada en la aparición de tumores cutáneos.
Lo ideal, cuando elijamos un protector solar, es ver que sea un protector solar de amplio espectro, para que de esta manera «cubra no solamente los rayos UVB, si no también los UVA y la luz azul«.
Respecto al número de factor de protección solar que encontramos en las cremas, hace referencia al tiempo que protege sin alcanzar un eritema, es decir, el enrojecimiento que el sol produce en la piel.
En verano lo recomendable es usar un foto protector 50 o 50 plus. Un factor de 30 es el que podemos usar en un día normal y menos factor de protección se quedaría «bastante corto».