Un informe científico elaborado para el Ministerio de Ciencia e Innovación de España por parte de investigadores del CSIC, de la Universidad de Harvard, del Hospital Universitario de La Paz y de la Universidad de Colorado, entre otras instituciones, resalta el papel de los aerosoles en la transmisión de la infección por SARS-CoV-2, considerando que se trata, posiblemente, de la forma de transmisión dominante y la más habitual en eventos de super-propagación. Añade, por otro lado, «una falta de evidencia que apoye la importancia de la vía de las gotículas» que se emiten al hablar, cantar, toser, estornudar y respirar y que pueden impactar en los ojos, fosas nasales o boca de otra persona a menos de un metro.
Según este estudio, las agencias de salud pública de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido coinciden en señalar la inhalación de aerosoles como una de las principales vías de contagio. También apunta que la capacidad de transmisión de SARS-CoV-2 se caracteriza por una gran contribución al contagio de los brotes de superpropagación, algo que relaciona con los aerosoles.
La relevancia de esta vía de contagio -añade- también explicaría que el riesgo de infección en el ambiente interior sea unas 20 veces mayor que al aire libre.
En interiores se ha observado un aumento de la probabilidad de infección de COVID-19 en espacios cerrados con poca ventilación. La ventilación generalmente produce velocidades de aire pequeñas, que no perturban a los aerosoles en proximidad cercana o las gotículas. Sin embargo tiene un gran impacto en reducir el nivel general de aerosoles en un espacio cerrado. «Enfermedades aceptadas de transmisión aérea como la tuberculosis también muestran una gran reducción de contagio con la ventilación».
Medidas eficaces para reducir el riesgo de contagio
Por todo ello, los autores del estudio insisten en concienciar a la población sobre los modos de transmisión a través de aerosoles para que tomen las medidas más oportunas entendiendo el por qué de las cosas.
En este sentido, abogan por recomendar y explicar el buen ajuste de la mascarilla. «El énfasis erróneo en las gotas ha creado la percepción de que la mascarilla es un parapeto para proteger contra proyectiles, cuyo ajuste no es muy importante. El símil del humo ayuda a entender la gran importancia de este ajuste». Igualmente proponen, a nivel gubernamental, incrementar la calidad de las mascarillas dada la gran variación extrema en la filtración y adaptabilidad ergonómica facial.
Otra de las recomendaciones que hace este grupo de expertos es continuar con la higiene de manos y mantener las distancias de seguridad. Recuerdan que «hay bastantes casos de contagio documentados en exteriores si la distancia no se respeta y no se usa mascarilla». Igualmente proponen reducir la ratio de alumnos en las clases.
Con respecto a la ventilación, para actividades en interiores, reducir en lo posible la duración y la cantidad de personas y recomendar bajar la voz en espacios interiores, dada la mucha emisión de aerosoles respiratorios al hablar (10 veces más) y sobre todo al gritar o cantar fuerte (50 veces más). También establecen mantener abiertos espacios exteriores como parques, salvo medida extrema en caso de un confinamiento total, dada la mucho más baja probabilidad de contagio en exteriores que en interiores. Respecto a parques, playas y otros espacios abiertos, tener en cuenta al considerar su cierre que el contagio en espacios abiertos es 20 veces menos probable que en espacios cerrados en condiciones similares de distancia social. Además, «facilitan la práctica de ejercicio físico que, además de ser saludable y rebajar el estrés, favorece el equilibrio del sistema inmunitario, que es lo más importante que tiene nuestro organismo para defenderse de las infecciones y, en concreto, del coronavirus».
Para ventilar y filtrar espacios interiores y reducir el riesgo de infección abogan por conseguir una ventilación natural adecuada, abriendo puertas y ventanas y, si no es posible la ventilación natural y existe un sistema centralizado de circulación de aire, evitar recircular el aire y suministrar aire exterior al sistema. En los domicilios, ventilar frecuentemente, especialmente cuando hay un conviviente infectado comprobado o probable.
Otras opciones que proponen es permitir el uso de purificadores de bajo coste, consistentes en el ensamblado de un ventilador y filtros de alta eficacia, para situaciones de pandemia, como alternativa de coste más bajo a los purificadores comerciales con filtros HEPA; y, en espacios donde ventilación y filtrado no son posibles o suficientes (como cárceles, salas de espera de urgencias en hospitales etc.), utilizar sistemas de desinfección por rayos ultravioleta.
Advierten de evitar el uso de sprays de desinfectantes en aire exterior, por ejemplo con camiones de fumigación, dado que solo desinfectan las superficies, que no transmiten bien esta enfermedad, y que el virus pierde infectividad rápidamente con luz ultravioleta solar al aire libre. Desaconsejan el uso de sprays de desinfectantes (como hipoclorito sódico u ozono) en aire interior salvo que el lugar no vaya a ser ocupado en las 3 horas siguientes.