Un trabajo de investigación del doctor Edgar Javier Infantes, del servicio de Oftalmología del hospital Mancha Centro, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), ha sido calificado con sobresaliente cum laude por la Universidad Complutense de Madrid. El argumento de la tesis doctoral es el de las imperfecciones de las ópticas corneales que modifican nuestra agudeza visual.
Una tesis que lleva por título «Aberraciones ópticas de alto orden en cuatro técnicas de trasplante corneal» y en la que Infantes muestra cómo estas aberraciones ópticas pueden causar deterioro en la calidad visual o una visión borrosa, como los halos alrededor de los puntos de luz con dos rebordes que dan la sensación de ver doble.
Y es que el ojo humano tiene imperfecciones, que en medicina se denominan aberraciones ópticas, que afectan a la calidad de la visión. De hecho, pueden provocar que cualquier persona con una visión considerada normal tenga cierto grado de aberración óptica y que, en ocasiones, una misma persona pueda sumar varios tipos de imperfecciones.
Porque muchas de las actividades cotidianas, como leer un libro, ver una película o apreciar un paisaje «no solo requieren tener una agudeza visual mínima, también se necesita una buena calidad de visión, algo que en ocasiones se puede comprometer a consecuencia de las aberraciones ópticas.
El hospital Mancha Centro, referencia nacional en Oftalmología
Respecto a los trasplantes de córnea, también llamadas queratoplastias, el doctor Infantes cree que hay un considerable descenso en el número de aberraciones ópticas registradas en pacientes que han sido sometidos a trasplantes laminares, cuando solo se sustituyen aquellas capas afectadas, en comparación con los pacientes a los que se les reemplaza la totalidad de la córnea.
Recuerden que el hospital Mancha Centro es un referente nacional gracias a su servicio de Oftalmología. Por ello, en la tesis tiene un lugar destacado el trabajo multidisciplinar que realizan los profesionales del área. «De esta manera -recalca Infantes- se mejora la atención a los pacientes mediante un tratamiento más personalizado, además de anticiparse a posibles complicaciones».
Una tesis que fue dirigida por los facultativos José Manuel Benítez del Castillo, David Díaz Valle y José María Tenías.
El tribunal lo presidía el catedrático Alberto Triviño Casado y lo componían los doctores Rosario Gómez de Liaño, Federico Sáenz-Francés San Baldomero, Laura Morales Fernández y Javier García Bella.
El doctor Infantes defendió su tesis junto a Maruja Fernández Ordóñez, Trinidad Infante León, Javier Celis Sánchez y Fernando González del Valle.