Más de 8.500 fotografías y 385 autores. Es el “Archivo Covid” que alberga la Universidad de Alcalá de Henares y que refleja la pandemia a través de las instantáneas y reportajes de vídeo captados por profesionales de toda España.
A esta iniciativa de un amplio colectivo de fotoperiodistas españoles, entre los que encontramos a Santi Palacios, Javier Arcenillas, Manu Bravo o Tino Soriano, entre otros muchos de reconocido prestigio, se han sumado 12 profesionales de Castilla-La Mancha.
Se trata de: Ángeles Visdómine, Ismael Herrero, Manu Reino y Rebeca Arango, en la provincia de Toledo; Alejandro Río, Carlos Carreño, Rubén Serrallé y Samuel Nacar, en la provincia de Albacete; Clara Manzano, Pablo Lorente y Rey Sotolongo, en la provincia de Ciudad Real; y Nacho Izquierdo, en la provincia de Guadalajara.
Archivo Covid, sin ánimo de lucro
La iniciativa, también impulsada por entidades del sector y profesionales de la gestión cultural, cuenta con el respaldo y la ayuda de la Universidad de Alcalá a través del Aula de Fotografía de su Fundación General, que es la que custodia este magnífico «inventario gráfico».
Las impactantes imágenes de los fotógrafos de CLM que participan en el “Archivo Covid”
A este registro documental, cuya idea es la perduración en el tiempo, se puede acceder a través de la página de ARCHIVO COVID de forma gratuita y ver un reflejo de lo que ha sido la pandemia a través de la utilización de la imagen no como un medio estético, sino como un medio informativo.
Es un proyecto sin ánimo de lucro, por lo que el material está disponible únicamente para consultas y no es descargable, evitando así su explotación comercial. No obstante, se facilita el contacto con los autores por si alguien lo necesita.
«Un trabajo accesible a todo el mundo a lo largo del tiempo»
Y encastillalamancha.es ha hablado con algunos de los autores de la región que forman parte del proyecto.
El fotoperiodista Nacho Izquierdo, que empezó su andadura en Guadalajara en emblemáticos medios de la región y ejerce actualmente como freelance más allá de Castilla-La Mancha, destaca la importancia de «ante la adversidad de la pandemia, poder hacer nuestro trabajo» y el valor que tiene «estar presente en una iniciativa en la que participan profesionales de todo el país».
Esto último también lo destaca Ismael Herrero, consolidado freelance de la Agencia EFE en la región y en Toledo, señalando que se trata de una oportunidad especial de compartir «un trabajo lectivo con algunos de los mejores fotógrafos de España, es un placer poder estar con ellos en un proyecto tan bonito».
Además, Ismael observa que «nuestros trabajos periodísticos normalmente caducan muy pronto y guardar nuestros trabajos y que sea accesible a todo el mundo a lo largo del tiempo es único».
Para Ángeles Visdómine, intrépida reportera gráfica, también de la Agencia EFE en Toledo, «es una pasada ver que las imágenes de nuestra historia reciente quedan recogidas y registradas«, y, además, «siento que ayudo, en parte, a entender cómo pasó y cómo nos afectó la pandemia».
La joven veterana Clara Manzano, del diario Lanza de Ciudad Real, considera «un honor muy grande participar en este proyecto único e histórico, que va a quedar por el fin de los tiempos, y, además, compartirlo con excepcionales profesionales de toda España».
Que «lo sucedido en mi ciudad también tenga un hueco en la historia»
Para Rubén Serrallé, fotógrafo de La Tribuna de Albacete, es una especial «oportunidad contar lo sucedido este año en pandemia a través de sus imágenes, especialmente los meses más duros, cuando la gente estaba encerrada en sus casas y no sabía lo que estaba pasando».
Serrallé subraya lo especial que tiene «hacerlo desde una pequeña ciudad como Albacete, ya que cuando suceden cosas a nivel nacional o mundial, como esto, son siempre las grandes ciudades las que colapsan informativos y periódicos».
Manu Reino, reconocido gráfico de Talavera que actualmente ejerce como freelance con diferentes agencias y periódicos, considera que es un orgullo colaborar con tan buenos fotoperiodistas de España, además de aportar su «granito de arena a esta recopilación que perdurará en el tiempo».
Reino considera casi «una obligación», al trabajar en una ciudad pequeña, pertenecer al proyecto ya que así logra que «lo sucedido en mi ciudad también tenga un hueco en la historia«.
Samuel Nacar, fotógrafo documental que ejerce en Albacete y también en el ámbito nacional, tiene muy claro que el proyecto «lucha contra el intento de la desmemoria institucional y ayuda a contar la historia para las próximas generaciones».
Rebeca Arango, fotógrafa de encastillalamancha.es y servidora, coincide con la «justicia» que Archivo Covid hace al lograr que lo que sucede en lugares más pequeños, pero no por ello menos importantes, «trascienda más allá».
Además, «es una forma de dar un impulso no solo a los gráficos, sino a los periodistas locales y regionales, cuyo trabajo no siempre es tan tenido en cuenta a la hora de analizar situaciones tan trascendentales y únicas».
El trabajo durante la pandemia
Pablo Lorente es una retratista documental de dilatada trayectoria en Ciudad Real que transmite «su frustración continua al querer contar cosas y no poder llevarlas a cabo», durante la pandemia.
«Nunca había sentido que nuestro trabajo se infravalorara tanto como en ese momento, además ese período significó quedarme sin trabajo, intentando contar historias y no poder». Para Pablo «los medios no han estado a la altura de estos hechos históricos y se podía haber hecho mucho mejor trabajo, como se ha hecho en otros países».
Ismael Herrero valora especialmente que «todo el mundo haya entendido bien ver a un fotógrafo realizando su trabajo en la calle» en pleno confinamiento, pero le hubiera gustado que se hubiera dado más «visibilidad» a lo que estaba pasando en los hospitales, «se ha enseñado poco».
«No hemos tenido accesibilidad, por temas de seguridad. Entiendo los miedos y los peligros, pero creo que es importante que la población hubiera podido ver lo que no es accesible para ella a través de las fotos de los profesionales. No somos gente que hace fotos sin más».
Para Clara Manzano trabajar en la pandemia ha supuesto una de «las experiencias más fuertes y duras que he podido vivir», pero «muy gratificante», pese a «todos los impedimentos que hemos tenido».
Manu Reino siente que no ha «podido realizar bien» su trabajo, con las garantías de compañeros de otras regiones», debido a las «mil trabas que se nos han puesto para acceder a sitios complicados». Y tiene claro que «era imprescindible convertir las cifras en personas e historias«.
Un «derecho de los ciudadanos» y «una obligación de los profesionales»
Serrallé reitera esta situación. Le hubiera gustado contar lo pasado en residencias y hospitales, pero no ha podido por «la negativa de administraciones» para ello y considera que hacerlo era «un derecho de los ciudadanos» y «una obligación nuestra, de los profesionales».
Ángeles también señala que su trabajo, en los momentos más duros de la pandemia, ha estado «limitado» y que es algo perfectamente entendible, pero «me hubiera gustado que se hubiera valorado más el trabajo de los reporteros. Sin imágenes la historia no queda reflejada».
Nacho Izquierdo piensa «que hay fotos que quería hacer y que se ha quedado sin hacer» y Nacar lamenta que las «decisiones de políticos temporales influyan en algo que es atemporal«.
A Rebeca Arango, «consciente de la complejidad de gestionar situaciones de este tipo» y también del «egocentrismo que a veces hay en el fotógrafo», sí le parece «lo más lógico del mundo que, por poner un ejemplo, un momento tan emotivo como la salida de un paciente de una UCI sea también registrado por profesionales, no solo por los sanitarios que, como buenamente han podido, lo han hecho».
Aunque, «tal vez, tampoco hemos hecho lo suficiente para lograrlo».
En definitiva, Archivo Covid, pese a las «adversidades» del día a día, ha logrado ofrecer un amplio mosaico de lo que ha sido la pandemia y es que estos 385 «observadores de la historia», como los define Ismael Herrero, son, a menudo, los ojos de una sociedad a la que se siempre se van a deber.
Y recuerden, queridos lectores, que «la fotografía es una de las fuerzas más poderosas para explicar al hombre el hombre», como decía Edwuard Steichen.