domingo, 24 de noviembre de 2024
Jorge Pérez llegó en el puesto 215 entre 1.500 participantes 15/05/2012junio 13th, 2017

Si a usted le dicen que tiene que correr 84 kilómetros (sí, sí, han leído bien, nada más y nada menos que 84 kilómetros) en un máximo de 18 horas comenzando desde el nivel del mar y llegando a rozar los 2.400 metros de altitud, con un calor sofocante y una humedad que se las pela, pues…

Pues eso, que pensaría que quien se lo plantea está completamente loco. Pero como en ocasiones la mente va por un lado y la realidad por otra, resulta que ese tipo de carreras existen, que no hay que irse a otro planeta para verlas y que el sábado 12 de mayo uno de sus protagonistas fue un toledano.


Un toledano de carne y hueso, aunque a estas alturas del relato casi que no se lo creen. Y yo les entiendo.

Todo comenzó a las seis de la madrugada del citado día, cuando Jorge Pérez Vega, periodista de profesión y ultrafondista de devoción, se juntó con otros 1.499 «locos» (entre hombres y mujeres) llegados del mundo entero, los mejores europeos y americanos de la especialidad, y se dieron «a la fuga».

LA TRANSVULCANIA, AL ALCANCE DE MUY POCOS

Porque no se puede llamar de otra forma la hazaña que protagonizaron, al alcance de muy pocos. Estamos hablando de la Transvulcania. Para que me entiendan, la Ruta de los Vulcanes, en la isla canaria de La Palma, que comenzó en Fuencaliente, a nivel del mar, y finalizó en Los Llanos de Aridane.

Pero para llegar hasta el final tanto Jorge como sus competidores atravesaron las diferentes cimas de la isla, recorriendo la Caldera de Taburiente, y subieron el Roque de los Muchachos, ¡a 2.400 metros de altura! El «infierno» hecho carrera.

Necesitó 12 horas y 51 minutos de carrera continua sin pisar asfalto (ir entre montañas es lo que tiene, que no hay ni un solo minuto para darte el lujo de pisar plano) y llegó poco antes de las siete de la tarde. Cinco horas antes de que se cerrara el control de llegada. ¡Olé!

O, lo que es lo mismo, de los 1.500 «locos» que salieron, que no todos llegaron, él acabó en el puesto 215. ¡Brutal! Pues sí, brutal si tenemos en cuenta que participaron los mejores de la especialidad porque hablamos de una prueba de la Copa del Mundo y de la carrera más importante del año en la materia.

Les doy otro dato para que se hagan una idea, más o menos aproximada, de lo que estamos hablando. Era tal la humedad que tuvieron que soportar y el asfixiante calor que aguantaron (no en vano, en la isla estaban en alerta por la inesperada subida que las temperaturas habían experimentado en los últimos días) que el campeón del mundo en la materia, el español Kilian Jornet, nada más llegar a meta tuvo que ser atendido en una ambulancia para recuperar un cuerpo que parecía todo menos eso precisamente.

NO ES UNA PELÍCULA, OCURRE EN LA REALIDAD

¡Y todo esto sucedía en el planeta Tierra y no es una película de ciencia-ficción!

Aunque los corredores iniciaron esta «aventura» a las seis de la mañana, Jorge, tal y como relató en primera persona a encastillalamancha.es, comenzó su particular «juerga» tres horas antes. Desayuno, estiramientos y preparación mental. El físico y la mente. Tan importantes a partes iguales para llegar a la meta.

«Es fundamental el aspecto mental. Tuve un momento flojo cuando subía el Roque de los Muchachos, por la altitud, pero por fortuna me recuperé». Al término de esta doble maratón consecutiva Jorge pesaba cinco kilos menos en la báscula. Y todo ello a pesar de que la organización obliga a los participantes a llevar un depósito de líquido de, mínimo, un litro. Que han de ir reponiendo en los continuos avituallamientos que se encuentran por el camino.

Perdón, por el infierno.

Paisajes espectaculares de los que «disfruta» el que puede, horas en las que se te pasa de todo por la cabeza, incluso retirarte…

Pero no, Jorge, con 40 años a sus espaldas, llegó hasta el final. Detrás quedaban cuatro meses de duro entrenamiento por Toledo y sus alrededores subiendo y bajando cuestas prolongadas. En total recorrió unos 2.000 kilómetros para prepararse.

Insisto por si no se lo creen: 2.000 kilómetros en cuatro meses. Y todo porque al final le esperaba el «infierno».

Un «infierno» que tiene mucho mérito y que por eso se lo hemos contado.

Jorge Pérez Vega trabajaba hasta hace bien poco como director de Antena en Castilla-La Mancha Televisión y previamente, durante una larga temporada, fue director del famoso programa «España Directo».

Y entre sus hobbies, como ya han podido descubrir, está correr. Cuanto más larga y en condiciones más extremas sea la prueba, mucho mejor. Dos ejemplos: ha hecho la Transalpina, que en resumidas cuentas es atravesar los Alpes desde la «a» hasta la «s» corriendo; o se ha cruzado el desierto argelino también a marchas forzadas.

¡Para que luego digan que correr es de cobardes!

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