La esperada procesión del Cristo de la Vega salió de la catedral en la media noche para regresar la imagen del Cristo a su morda habitual, la basílica que lleva su nombre en Toledo.
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Una de las procesiones más esperadas por los toledanos, la del Cristo de la Vega, salió como cada Viernes Santo nada más cruzar el reloj la media noche. Desde la Puerta Llana de la catedral primada hacia Arco de Palacio, Hombre de Palo y las Cuatro Calles. La imagen del Cristo sobrecoge a los visitantes que llenan las calles del recorrido al pasar bajo los cobertizos o cuando enfila la bajada de la Cava hacia la basílica, el templo en el que descansa y recibe la devoción de los toledanos.
La Cámara de Rebeca Arango fue testigo de la procesión que organiza la Hermandad del Cristo de la Vega.