Adrián Bratfalean y José Manuel Tejado son el ejemplo de que se puede luchar por reconstruir una vida, aunque en ocasiones esta no lo ponga nada fácil. Los dos son hombres con habilidades profesionales, experiencia y empleabilidad que han perdido su hogar y, a pesar de no encontrar trabajo, siguen adelante. Ambos son, por el momento, usuarios del albergue que gestiona Cáritas en Toledo.
Aquí se ofrece un techo durante dos o tres noches para gente que lo necesita con urgencia. El centro de día proporciona sábanas, ducha, armario y comida. También existe un servicio para lavar la ropa. «A este servicio suele venir gente que comparte piso o está de alquiler y no puede pagar las facturas; o que hasta que cobre la nómina a fin de mes necesita pasar unos cuantos días», explica Diego Gafo, trabajador social del albergue.
De las casi 40 camas disponibles para estancias medias ahora mismo hay alrededor de 15 ocupadas. Tan solo una mujer. «Para ellas hay otras vías; generalmente encuentran otro servicio que las atienda antes que lanzarse a la calle», apunta Gafo, «es poco frecuente, sobre todo si tienen niños, que acaben sin un hogar».
[ze_gallery_info id=»214368″ ]La edad media de quienes viven aquí va de los 45 a los 60 años, aunque los hay más jóvenes. No tienen ingresos ni familia que les apoye. Las causas para perder el hogar son muy variadas y nada extraordinarias: desempleo, precariedad laboral, problemas familiares, etc. Sin sustento económico ni emocional, a menudo el desconcimiento y los prejuicios de la sociedad son los mayores responsables de la exclusión con la que conviven.
Personas sin hogar: una realidad deformada
Virginia Rodríguez es la coordinadora del Área de Personas Sin Hogar. Con su carácter afable explica que muchas veces el imaginario común tiende a deformar la realidad: «generalmente las personas a las que atendemos no vienen de otros paises, sino que son personas que viven en la misma ciudad, en la región, o que se mudan de una parte a otra de España buscando un trabajo.»
Tampoco son un espacio de gente alcohólica o con problemas de drogadicción, aunque por supuesto estos casos también se pueden encontrar. «La bebida es un problema muy duro y muy peligroso cuando no ves alternativas», afirma Gafo. Ante estas situaciones, los trabajadores del centro les ponen en contacto con alguien que les pueda ayudar, como por ejemplo la Unidad de Conductas Adictivas de Talavera.
Para los que se ven obligados a hacer un alto en su camino y llamar a su puerta, el albergue organiza talleres ocupacionales que les permitan desarrollar habilidades sociales y profesionales: búsqueda de empleo, informática, inglés, restauración… Cada día un taller.
Virginia, Viviana y Diego se encargan de orientar a estas personas sobre las alternativas que tienen: «buscamos que los usuarios estén preparados para la inclusión laboral, por supuesto respetando sus decisiones y las características de cada caso concreto», explica Gafo.
Restaurando una vida con ayuda de Cáritas
Hasta el taller de restauración que hay en la segunda planta del albergue llegan muebles provenientes de donaciones. A veces son de particulares que los dejan para llevárselos una vez resaturados. Adrián Batfalean da una mano de pintura a una mesilla en una habitación donde descansan listones de madera, restos de algunas sillas viejas, unos cuantos lienzos apoyados en la pared y muchos botes de pintura. Llegó al albergue hace unas semanas. No es la primera vez que pasa por aquí.
Adrián lleva nueve años en España y en este tiempo ha pasado por el campo, la albañilería y otros trabajos, hasta que un accidente le dejó con una lesión en la columna y en el pie derecho. Fue en 2009, mientras estaba trabajando en un tejado, cuando resbaló y cayó al suelo. «Me caí desde 8 metros de altura. Tengo un aplastamiento de columna y el pie derecho partido en dos por la parte del talón» Como Adrián era autónomo tuvo que apañárselas el solo. «Ahora buscar trabajo es más difícil».
[ze_summary text=»Me caí desde 8 metros de altura. Tengo un aplastamiento de columna y una fractura en el pie derecho»]Me caí desde 8 metros de altura. Tengo un aplastamiento de columna y una fractura en el pie derecho[/ze_summary]