domingo, 24 de noviembre de 2024
"Había críticas completamente infundadas, como cuando se dijo que los bienes de interés cultural estaban tirados por el suelo en un barracón" 27/01/2014junio 9th, 2017

El primer punto del Plan Estratégico era crear una imagen del museo y luego consolidarla y me parece que en cuatro años y medio he invertido menos de 1.000 euros en el plan de comunicación. Así explica el general Antonio Izquierdo la necesidad que había de explicar a la sociedad el resultado de aquella obra magna y de un museo que hería, a priori muchas sensibilidades y generaba bastantes dudas. No fue fácil empezar y el ya ex director del Museo del Ejército tuvo que soportar que le llamaran de todo, como cuenta en las próximas líneas y en la entrevista que publicamos íntegra en portada.
Y es que «Había críticas completamente infundadas, como cuando se dijo que los bienes de interés cultural estaban tirados por el suelo en un barracón»… Aquello pasó.

¿Se ha quedado algo en el tintero que no haya tenido la habilidad de preguntarle?


Simplemente quiero aprovechar la ocasión para darles las gracias. El primer punto del Plan Estratégico era crear una imagen del museo y luego consolidarla y me parece que en cuatro años y medio he invertido menos de 1.000 euros en el plan de comunicación.

“ALGUNOS ME HAN LLAMADO DE TODO, PORQUE HAN ENTRADO EN EL MUSEO Y HAN VISTO LO QUE NO QUERÍAN VER”

Pues qué bien lo ha hecho…

¡Menos de 1.000 euros! Traerme a RNE a emitir desde aquí en directo es impagable. La Cadena SER ha estado aquí emitiendo en directo. Cuando se celebró la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha aquí, el Museo del Ejército salió todos los días prácticamente en todas las televisiones españolas… La acogida que he tenido por parte de los medios nunca ha sido con reticencia, por ninguna de las dos partes, y la información que se ha dado del Museo ha variado de una situación muy desagradable a una muy buena. Cuando llegué al Museo viví una situación muy desagradable con la prensa, porque entonces de lo que se hablaba es de que estaba cerrado y había críticas por todos los lados hacia el Museo del Ejército. Había críticas completamente infundadas, como cuando se dijo que los bienes de interés cultural estaban tirados por el suelo en un barracón. Mis antecesores, los generales Luis Fernando Núñez, y Noaille hicieron un traslado que ha quedado para la historia de España, perfecto. Hubo maledicentes. Y la segunda situación que me encontré es que no se sabía cómo iba a ser el Museo y todo eran conjeturas y cábalas. Recuerdo algún periodista que tituló en primera página y en un periódico nacional, “Según el Museo del Ejército, la División Azul no ha existido”. Me llamaba mi jefe y me preguntaba qué ha dicho y yo no había dicho nada. Algunos me han llamado de todo, porque han entrado en el Museo y han visto lo que no querían ver y ese se descarga mandándote un mail insultante.

“AL PRINCIPIO SE PREGUNTABAN QUÉ VAN A HACER LOS MILITARES, A LO MEJOR SE CREÍAN QUE SOLO HABRÍA ¡MUERTE, SANGRE, CAÑONES…!”

O sea, que al principio fue duro…

Inicialmente había muy poca información del Museo, todo el mundo se hacía conjeturas sobre qué van a hacer los militares, qué van a poner, a lo mejor se creían que solo habría ¡muerte, sangre, cañones!… Pero aquello se atenuó, porque antes de inaugurar el Museo hubo un momento que me cansé, pedí autorización para hacer una rueda de prensa y dije voy a enseñar el Museo del Ejército. Hubo quién me llamó y me dijo, ¿qué vas a hacer, qué vas a hacer? Pues voy a enseñarlo, voy a explicarlo y dediqué una mañana entero a ello. Afortunadamente, prácticamente no ha vuelto a haber ningún comentario de aquellos, aunque algunos tampoco han reconocido su error. El que puso el gran titular de que la División Azul nunca había existido para el Museo del Ejército vino a la visita y cuando pasamos por los bienes de interés cultural de la División Azul lo recalqué especialmente y mirándole a la cara. Jamás volvió a escribir en contra de aquello, pero jamás lo ha corregido, jamás. A partir de ahí las relaciones con la prensa han sido magníficas, el plan de comunicación ha sido muy bueno… También me llegaron a llamar “general despistado”…

¿Por qué?

Una de las cosas que he hecho es traerme al Museo a los creadores de opinión… Me he traído a Amando de Miguel, a Mingote, a Alfonso Ussía y otros periodistas, para que nos conocieran. Y también creo que los que me mandan deben conocer nuestro trabajo y los que me mandan son los políticos. Entonces, en una ocasión, convoqué al presidente de la Comisión de Defensa del Congreso (Agustín Conde) y aquello provocó un auténtico maremágnum porque habíamos quedado un 18 de julio…

Recuerdo aquella cita con Agustín Conde…

Pero no fue malintencionado. Él me dijo que le venía bien un miércoles y le dije el que viene, sin mirar el calendario. Pero el titular de prensa fue “un general despistado”, no sabe en qué día vive o algo así. 

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