Varios profesionales de Cocemfe Talavera de la Reina que hasta el pasado mes de junio desempeñaban su trabajo en la sede comarcal continúan atendiendo a los usuarios de la entidad tras su despido, para evitar la desaparición del servicio de integración laboral. En la sede de Cocemfe Talavera, Efe ha hablado con Gloria Sánchez-Clemente, orientadora laboral y coordinadora; Carmen Plaza, técnica de empleo; Ana María Díaz, administrativa; Pilar Núñez, auxiliar administrativa de programas de empleo, y Esther Arriero, psicóloga y técnico de orientación, sin trabajo remunerado por falta de fondos para sus nóminas.
Sánchez-Clemente ha indicado que el pasado mes de junio finalizó el programa que daba soporte económico a cuatro trabajadores y que no se renovó ningún contrato del servicio de integración laboral, que llevaba prestándose diez años, para un volumen potencial de usuarios que alcanza las 1.300 personas con discapacidad, de Talavera y comarca.
Ha explicado que el despido llegó tras meses de problemas con el cobro y con varias mensualidades impagadas, hasta cinco, lo que hacía que incluso a algunas de ellas les costara dinero venir a trabajar, pues debían pagar desplazamientos y otros gastos sin percibir la nómina.
La orientadora laboral ha indicado que, cuando el despido se hizo efectivo, se plantearon mantener abierta la entidad «para seguir estando en contacto con las personas que hacen búsqueda de empleo o demandan cualquier información sobre la discapacidad», y decidieron que se iban a organizar para que, al menos, una persona estuviera en la oficina para prestar la atención.
En estos momentos, el de Talavera es el único servicio de orientación al empleo que Cocemfe tiene abierto en Castilla-La Mancha y las personas que lo hacen posible de forma altruista esperan mientras tanto que vayan convocándose de nuevo programas de empleo y nuevos proyectos para poder volver a tener un contrato laboral y seguir con su proyecto de vida.
Estas profesionales han lamentado «que hay otras entidades cerrando, todos lo sabemos, y cantidad de gente que se queda sin punto de referencia», y han recordado que los discapacitados «son el diez por ciento de la población y un colectivo más desprotegido, cuya vulnerabilidad es mayor», por lo que esperan sensibilidad e inversión por parte de la administración.
Sánchez-Clemente ha significado que, por las características de su trabajo, «se crea una vinculación con la gente» y todas sus compañeras son rotundas al aseverar que la opción de desvincularse totalmente de ellos, sus necesidades y problemáticas al perder el trabajo, «no era posible».
Ha añadido que, en estos momentos, en los que la búsqueda de empleo es tan difícil para cualquier persona desempleada, lo es aún más para alguien con algún tipo de discapacidad.
También ha contado que, actualmente, el servicio de integración laboral, más que ayuda a encontrar trabajo, «brinda un apoyo psicológico grande», porque la gente acude «con problemas económicos, deprimida, sin esperanza», por lo que además de la información sobre formación, talleres de empleo o alguna oferta, «lo primero que agradecen es tener alguien que les escuche».
La técnico de orientación Esther Núñez ha añadido que, aunque «tenemos toda la buena intención del mundo» y se mueven por una vocación interna de ayuda, esta situación no se puede sostener en el tiempo, pues «todas tenemos gastos y facturas que pagar», ha concluido.