«Este Cristo es el mismo que está en el más pobre, en el que sufre, al que nos acercamos, porque, si en este mundo no hay caridad y atención al ser humano en su totalidad, de poco valen tantos esfuerzos por procurar buena economía, como tampoco tanto gritar cambios antisistema sin comenzar a cambiar personalmente ni acercarse a la realidad de cada día”, ha dicho el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, durante su homilía en la misa de Corpus que se ha celebrado en la catedral de Toledo, bajo el rito Hispanomozárabe.
“Quiero decir que resolver el hambre y la sed de los hombres no termina con solucionar problemas de necesidad humana perentoria. Sin duda esta preocupación es muy importante; pero somos los hombres y mujeres sujetos de muchas necesidades: los humanos somos también ansias de gozo, deseos de justicia, ganas de belleza y armonía, búsqueda de la fraternidad”, añadió el arzobispo.
“Hay siempre una Palabra de Dios que nos guía en vuestra desorientación; y un Pan partido que nos hace seguir adelante”, concluyó citando al Papa Francisco.
«QUE NADIE NOS EXIGA QUE RELEGUEMOS LA RELIGIÓN A LA INTIMIDAD SECRETA DE LAS PERSONAS»
Posteriormente, en su alocución desde la plaza de Zocodover, el arzobispo de Toledo defendió la necesidad de que la Iglesia no quede al margen de la lucha por la justicia y reiteró que debe ser prioritario luchar por los que tienen más necesidades.
“La Tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos, si bien el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política, la iglesia no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia», dijo.
Y advirtió: «que nadie nos exija que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas sin influencia alguna en la vida social, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar de acontecimientos que afectan a los ciudadanos».