viernes, 22 de noviembre de 2024
Anuario de encastillalamancha.es 03/01/2017junio 6th, 2017

Sí, ven bien. No es nieve, no. Se lo aseguramos. Era el sábado 15 de octubre e incluso en Toledo no hacía nada de frío. Pero así amaneció el río Tajo… ¿Río Tajo? No, lo que ven en las imágenes es una auténtica mierda.

Espuma blanca que, como aseguraron las diferentes asociaciones de ecologistas, las Plataformas del Tajo, el colectivo de Agentes Medioambientales, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Toledo, prácticamente todos, procedía de vertidos realizados al río Jarama de, probablemente, la zona industrial del sur de la Comunidad de Madrid.


Todos excepto la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), quien 11 días después y a través de su presidente, Miguel Antolín; y del delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, daba a conocer un informe en el que acusaba al Ayuntamiento de Toledo de ser el causante de las espumas debido a un vertido del colector del arroyo del Aserradero y a dos incumplimientos en la depuradora del barrio de Santa María de Benquerencia (Polígono).

Informe que provocó la indignación, por ejemplo, de la alcaldesa de la capital regional, Milagros Tolón, quien ese mismo día dijo que la CHT mentía, «porque sus datos situaban el vertido en el Jarama; es una obsesión contra la ciudad de Toledo, por muchas cosas, pero sobre todo por el tema del río y no lo vamos a tolerar. Ese mismo día se hizo una inspección de todas las depuradoras de la ciudad y estaban actuando correctamente». Incluso el portavoz del Gobierno municipal de Toledo, José Pablo Sabrido, criticó duramente a Gregorio y dijo que el delegado del Gobierno «insulta a la inteligencia, porque las aguas no corren río arriba, sino río abajo»

A partir de ese día la mierda, en forma de espumas, no ha dejado de visitar Toledo a través del Tajo. El Ayuntamiento elaboró un informe y el 31 de octubre se lo entregó a la Fiscalía para que determine si hay un delito medioambiental. Resaltaban «la notable proliferación de espuma en el agua que se encuentra en la subcuenca del río Jarama en Madrid, lo que agrava la continuada contaminación del río a su paso por la ciudad de Toledo».

Continuará…

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