El 16 de enero de 1965, 10 viticultores fundaron en Corral de Almaguer (Toledo) la que actualmente se conoce como Bodegas Altovela. Ahora, en 2015, la cooperativa celebra su 50 aniversario. Juan Antonio Calleja Martínez repasa para Encastillalamancha lo que han sido estos años y el secreto de continuar creciendo.
En los años 60 del siglo pasado, un grupo de viticultores se vieron con la dificultad de colocar uva en el mercado de manera individual. Para superar dicho problema decidieron formar una cooperativa en la localidad toledana de Corral de Almaguer.
Poco a poco, la cooperativa fue creciendo con nuevas secciones, más hectáreas, más agricultores (600 viticultores la forman en la actualidad), mejores servicios…
El salto cuantitativo y cualitativo lo darían a partir de 1988 cuando España entró en la Unión Europea. En ese momento, la producción de la cooperativa estaba entre ocho y 10 millones de kilos anuales.
EL PESO EN LA EXPORTACIÓN
«La transformación ha sido brutal», comentaban Juan Antonio Calleja, quien destacaba que a partir de ese momento se empezaron a tener en cuenta otros aspectos como el control de las temperaturas o la creación de una nave de crianza que actualmente tiene capacidad para 3.000 barricas de roble.
Países como Alemania, Francia, Italia, Rusia… conocen los vinos de Bodegas Altovela, que dedica a la exportación el 80 por 100 de la producción.
El peso del mercado exterior es importante, de hecho aseguran que «el vino en Castilla-La Mancha sin exportación sería un caos, el negocio estaría hundido».
CONTINUAR CRECIENDO
De cara al futuro, y tras 50 años ya cumplidos, hay infinidad de retos por delante como «terminar la reestructuración de bodegas, apostar por la comercialización y por un buen departamento comercial», entre otros.
El secreto de aguantar tantos años es el de haber estado «muy bien gestionada desde el principio» y «con profesionales» que han mantenido «la ilusión» de hacer crecer la empresa.
Pese a ser una de las empresas más grandes de la comarca, «no debemos perder el norte ni dormirnos en los laureles» para seguir avanzando.