El arzobispo primado de España, Braulio Rodríguez, ha asegurado hoy, con motivo de la celebración del Corpus Christi, que la procesión de Cristo por las calles «es una llamada fuerte a salir de nosotros mismos y acercarnos a los que sufren, los que perdonan y los que trabajan por el bien común».
Así se ha pronunciado el también arzobispo de Toledo en la alocución que ha dirigido desde la Plaza de Zocodover a los miles de toledanos y visitantes que han acudido a esta ciudad para presenciar la procesión del Corpus Christi, declarada de Interés Turístico Internacional y que ha contado con la presencia del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Monseñor Rodríguez ha vuelto a reivindicar, como ya hizo en el Corpus de 2015, el derecho de los católicos a salir a la calle y, en este contexto, ha afirmado que la fuerza del sacramento de la Eucaristía «va más allá de las paredes de nuestras iglesias».
Así, ha defendido que, «en este sacramento, Jesús está siempre en camino hacia el mundo y este aspecto de la presencia eucarística se aprecia justamente en la procesión de nuestra fiesta: el cuerpo de Cristo presente en la figura del pan por las calles de nuestras ciudades y pueblos».
«Que nuestras calles sean calles también de Jesús, que nuestras casas sean casas para él, que nuestra vida esté impregnada de su presencia», ha enfatizado Rodríguez, que ha significado que «Cristo quiere ser una gran bendición para nuestras ciudades y pueblos».
Y también para mitigar «el sufrimiento de los enfermos, la soledad de los jóvenes y ancianos, las tentaciones, los miedos nuestros» y potenciar «la alegría del amor de los niños, de los padres, del esfuerzo por una vida más digna, más amable, más acogedora», ha aseverado.
En su intervención, el arzobispo de Toledo ha hecho también una alusión a la reciente restauración de la Custodia de Arfe que simboliza el cuerpo de Cristo sacramentado.
«Cristo va ciertamente en la custodia que hoy brilla con especial resplandor», ha afirmado el prelado, quien ha apostillado: Cristo es persona, no la custodia, es la bendición divina para el mundo».
Monseñor Rodríguez ha hecho, por último, una exaltación del sacramento de la eucaristía, al afirmar que «comulgar es entrar en comunión con la persona del Señor vivo», «un encuentro entre dos personas: es dejarte penetrar por la vida de aquel que es nuestro Señor, Creador y Redentor».