El presidente de Caja Rural Castilla-La Mancha y su Fundación, Andrés Gómez Mora, acompañado por el director general de la entidad financiera, Víctor Manuel Martín López, entregó hoy en la sede central de la cooperativa de crédito 2.500 juguetes al sacerdote de la Parroquia San José Obrero, José Antonio Jiménez Fernández «Quillo», para alegrar la Navidad a los niños del Polígono de Santa María de Benquerencia de Toledo. Los regalos, aportados por clientes, empleados, empresas, cooperativas, colectivos y particulares, fueron recabados dentro de la IV Campaña Navideña de Recogida de Alimentos y Juguetes que ha llevado a cabo la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha estas navidades.
Acompañado por diversos voluntarios de la parroquia, Jiménez Fernández agradeció la solidaridad que Caja Rural Castilla-La Mancha viene prestando cada año, calificándola como «la ilusión y la esperanza que asiste a muchas personas en momentos de crisis como los actuales».
Parafraseando a la Madre Teresa de Calcuta, al recordar que las acciones pueden ser un grano de arena en el desierto, pero el desierto no sería lo mismo sin ese grano de arena, el sacerdote indicó que la confianza y el apoyo que prestan instituciones como Caja Rural Castilla-La Mancha hace que cada día se obren milagros en forma de ayuda a gente necesitada.
Por último, valoró a título personal el sentimiento que le produce destinar los regalos a los niños más desfavorecidos. «Es una tradición de esta casa poder compartir y repartir regalos. El mero hecho de ver la sonrisa de casi 300 niños recibiendo el 6 de enero en la misa mayor de San José Obrero estos obsequios no tiene precio. Para mí es una satisfacción porque me siento como el cuarto rey mago estos días».
Por su parte, Gómez Mora consideró esta entrega como «un acto humilde, sencillo, pero a su vez grandioso por lo que reporta a los niños. Las cosas no tienen importancia por la dimensión de las mismas, sino por la capacidad de transmitir alegría e ilusión a aquellos niños y familiares que lo están pasando mal. Por eso estamos encantados de que esta campaña sirva para llevarles felicidad».
El presidente también aludió a la vertiente social de la entidad como cooperativa de crédito, señalando que «el hecho diferenciador de Caja Rural Castilla-La Mancha es la función social que desempeña; una tarea que no sólo viene marcada por obligación legal, sino por vocación personal, pues toda la plantilla que compone la entidad colabora para hacerla posible».
Además, significó la labor que lleva a cabo Jiménez Fernández y la satisfacción que reporta destinar los juguetes a su parroquia. «Tenemos la seguridad de que los juguetes los dejamos en las mejores manos, en el mejor embajador posible, que goza de nuestro total cariño y afecto. José Antonio hace una labor muy importante en una zona especialmente castigada por la crisis».
Al igual que en ediciones anteriores, la campaña ha superado todas las expectativas y ha obtenido un éxito notable gracias a la colaboración masiva de la sociedad. Entre los donantes de alimentos y juguetes figuran Hiper Usera, Palacios Roca, El Corte Inglés, Oleotoledo, Pieralisi, la Denominación de Origen «Aceite Montes de Toledo», la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del Colegio Virgen del Carmen (Carmelitas) de Toledo, la Asociación de Amigos y Vecinos de Cebolla y Nuevas Generaciones de Villacañas.
También los empleados de Caja Rural Castilla-La Mancha se han sumado mayoritariamente a esta campaña, movilizados por el Departamento de Relaciones Laborales y Responsabilidad Social Corporativa de la entidad.