Cáritas Diocesana de Toledo ha advertido de la fractura social «irreparable» abierta en la sociedad y de la gran desigualdad que se ha creado a consecuencia de la crisis y ha subrayado que en la Diócesis atienden a 35.000 personas a través de diversos recursos.
El secretario general de Cáritas Diocesana de Toledo, Javier García Cabañas, ha dicho a los periodistas que el número de personas atendidas no ha aumentado en los dos últimos años, pero sí han aumentado las demandas que tienen estas personas.
«Los que antes demandaban solo alimentos, ya demandan empleo, suministros, pagos de vivienda, alquiler, electricidad; son las mismas personas pero con más demandas», ha indicado.
En este sentido, ha dicho que hay recuperación económica pero también «mayor desigualdad», y ha matizado que «la situación de desventaja es aún mayor» y se está acentuando con el paso de los años.
Este responsable de Cáritas ha agregado que «es verdad que a nivel general parece que la crisis ha terminado, pero se ha creado una fractura que, de momento, es irreparable y que pasarán muchos años hasta que se vuelva a construir».
García Cabañas ha realizado estas manifestaciones tras la inauguración de la exposición de Cáritas ‘El arte de enseñar’ por parte del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez.
TRABAJOS DE LOS USUARIOS
La exposición muestra trabajos realizados por usuarios de los diferentes recursos de Cáritas en la Diócesis, en particular en sus tres talleres de empleo (uno de mantenimiento de edificios y dos de jardinería), el programa de mayores y el de personas sin hogar, los albergues de Toledo y Talavera de la Reina, el centro ‘Hogar 2000’ para enfermos de VIH y un taller infantil.
En conjunto, hay unas 35.000 personas (entre 9.000 y 10.000 familias) atendidas en Cáritas por 2.100 voluntarios que son, ha apuntado Javier García Cabañas, la «bendición» que tenemos.
Por su parte, el arzobispo de Toledo ha dicho que las personas que acuden a Cáritas no solo necesitan alimentos y ropa, y ha dicho que Cáritas quiere «que la gente tenga esperanza» y ver cómo «podemos ayudarnos y salir de situaciones complejas y difíciles».
El arzobispo ha indicado que «eso no se hace con planificación, sino con amor y con acogida», y atendiendo a «la persona entera, con todas sus necesidades».