El presidente de Cáritas de Cuenca y de Castilla-La Mancha, Silvestre Valero, ha reclamado el pago de la deuda que las administraciones de la región mantienen con la organización diocesana, para que pueda seguir atendiendo a los más necesitados, ya que se encuentra en una situación agónica.
Valero ha recordado en rueda de prensa que las administraciones deben a Cáritas de Cuenca cerca de un millón de euros de convenios ya firmados, y esa cifra llega a los seis millones si se contabiliza la deuda en toda Castilla-La Mancha.
El presidente de la organización diocesana ha subrayado que Cáritas seguirá atendiendo a todo el que llame a su puerta, pero cada vez tiene menos fondos para hacerlo y ha tenido que suprimir algunos programas cuyos convenios no se han firmado, como el de atención a exreclusos.
«Nosotros llevamos todo el año asumiendo el coste de cinco trabajadores en el Centro de Baja Exigencia, el albergue de transeúntes», ha denunciado Valero, que ha añadido: «Esa es la situación actual, que nos preocupa porque estamos terminando el año y no sabemos qué podremos hacer en 2013, si podremos continuar o no. De seguir así, no podremos continuar».
Valero ha recordado que hay muchos convenios con la Junta de Comunidades pendientes de firma, algunos desde 2011, como el Servicio de Comidas a mayores o la residencia de Huete (Cuenca).
El presidente de Cáritas ha resaltado que diariamente medio centenar de personas llaman a las puertas de la organización para pedir ayuda: «nosotros les atendemos con dignidad siempre, otra cosa es que no les podamos atender al 100 por 100 de lo que necesitan».
Valero ha reconocido que esta paralización de la ayuda institucional se ve compensada en una pequeña parte por la solidaridad de los ciudadanos y un aumento del voluntariado «gracias lo cual no terminamos de expirar, y seguimos vivos».
Cáritas pone en marcha el 25 de noviembre la campaña «Son derechos, no regalos. Nadie sin hogar» que quiere precisamente combatir el problema de los transeúntes.
En 2011, más de 10.000 personas pasaron por los 40 albergues que la organización diocesana tiene en la región, y sólo entre enero y octubre de este 2012, han pasado por el Centro de Baja Exigencia de Cuenca cerca de 800 personas.