El instructor de paramotor toledano José Ramón Martín, junto al piloto Rubén Vicente Crespo, batió el récord del mundo de la especialidad al recorrer 568 kilómetros sin interrupción desde Mutxamel (Alicante) hasta Herreruela (Cáceres) en la frontera con Portugal. Hicieron el recorrido sin interrupción y despegando a pie, que es lo propio del paramotor (parapente con motor). El récord mundial anterior estaba registrado en 379 kilómetros.
Los pilotos tardaron 11 horas en recorrer la distancia a una media de 60 kilómetros por hora y subiendo a una altura máxima de 1.793 metros. La velocidad máxima fue de 74 kilómetros por hora. Con este vuelo han logrado el récord mundial en paramotor biplaza con despegue a pie. Solo falta que lo ratifique la FAI (Federación Aérea Internacional).
Pero empecemos por un posible principio. José Ramón Martín Gutiérrez conoció a Rubén Vicente Crespo cuando le examinaba para que se sacase el título de instructor (aunque su pericia era sobrada, ya que ha sido cuarto en un Mundial biplaza, pero necesitaba esta homologación). Rubén Vicente necesitaba un compañero para asaltar el récord del mundo, en poder de una pareja brasileña, que a su vez se lo había arrebatado a Ángel Javier Carrasco, amigo de José Ramón, quien lo poseía en 360 kilómetros desde hacía 10 años junto a Luis Alberto Navarro. José Ramón, entre que quería homenajear a su amigo, víctima de un accidente seis años atrás y que quería retornar el récord a España, le dijo a Crespo que ya tenía a su compañero.
45 MINUTOS DELICADOS AL PRINCIPIO
Llegó el momento de buscar tiempo y lugar adecuados: en septiembre u octubre, que es cuando más sopla el viento de levante, y el lugar, obviamente, el Levante español. Relata José Ramón que el viaje no tuvo incidencias dignas de mención hasta que, a los primeros 15 minutos una nube de 3.000 metros de espesor les envolvió, acompañada de lluvia. Fueron 45 minutos muy delicados. Solo tenían el GPS para guiarlos. Cogieron altura para analizar la situación, pero solo la superaron cuando la nube se abrió. El rato fue tan tenso que pensaron en aterrizar, pero les era menos arriesgado seguir. No sabían a qué altura estaba el suelo, no tenían nada claro el lugar de aterrizaje… «Sabíamos que iba a haber nubes pero no tan densas ni con lluvia», dice el piloto toledano, quien añade que la mayor parte del vuelo lo hicieron entre 300 y 600 metros de altura.
Pasado el susto les quedaba el resto del vuelo, que efectuaron sin incidentes, siguiendo la línea más recta posible (en realidad hicieron 30 kilómetros más). Aterrizaron, con testigos (les hicieron falta en el despegue y en el aterrizaje para homologar el récord, así como el registro del vuelo) cuando les faltaba un litro y medio de gasolina, que les permitía recorrer solo 12 kilómetros más).
MUCHAS HORAS DE VUELO
José Ramón Martín es instructor de parapente y paramotor desde los primeros años 90. Empezó formandose y luego trabajando en la Escuela Española de Parapente. Tras sacarse el título de instructor montó el club Airwind en Toledo, que más tarde trasladaría al aeródromo de Sonseca, donde está actualmente y en el que ha formado a más de 300 alumnos en parapente y a 60 en paramotor. Tras todos estos años y vuelos solo ha registrado un accidente y leve, en contra de quienes piensan que este es un deporte peligroso. El club Airwind organiza concentraciones y competiciones. Estas últimas son a nivel regional, nacional e internacional. José Ramón no es mucho de competir (aunque ha sido campeón regional en 2015 y subcampeón regional dos veces), ya que lo considera elitista además de ser una actividad carente de ayudas (o sea que cuesta dinero a unos competidores que en un Campeonato de España no exceden de la docena).
En una de las mencionadas concentraciones llevó de copiloto a Sagrario Gutiérrez, diputada provincial popular y alcaldesa de Guadamur, que salió entusiasmada de la experiencia.
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