Presidido por el arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, la Catedral de la capital regional ha acogido en la noche del Martes Santo el Vía Crucis de la ciudad en el que participaron cientos de fieles unidos en oración y en reflexiones sobre la familia, de acuerdo con la predicación del canónigo Jesús Martín Gómez.
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En la Cruz de guía, con la que se abría el Vía Crucis, se podía leer «Oye la voz que te advierte que todo es ilusión menos la muerte», posteriormente, y acompañando al Cristo de la Buena Muerte, iban los penitentes con hábito y capucha de color sepia y cordón blanco, con crucifico al cuello.
La imagen del Santísimo Cristo que participó en el Vía Crucis es una bellísima talla de madera sin policromar, de 1,20 metros, de un «Cristo que acaba de morir en la Cruz», tallada por Mariano Guerrero Corrales en 1972.